El fantasma del resultado que dejaron las elecciones del domingo aún sigue deambulando por los medios de comunicación. Era obvio que, durante al menos los dos días siguientes, el análisis iba a ser protagonista de la agenda mediática. Pero una vez que los incontables espacios de opinión invadieron la escena, el eje giró en torno al revés electoral que sufrió el oficialismo. La diferencia ajustada entre los dos candidatos del balotaje afectó mucho al peronismo. Y no lo pudieron ocultar.

Desde la noche del domingo, cuando las cifras del escrutinio estaban detenidas para el público hasta que los números mejoraran para el candidato del Frente para la Victoria, Daniel Scioli se mostró bastante preocupado cuando salió a enfrentar un Luna Park colmado de militantes deseosos de conocer el aparente triunfo.

Medios K,como C5N o CN23, minutos antes de las 18 (sí, con gente aún votando) habían asegurado una amplia diferencia tanto para Scioli como para el candidato por la gobernación de la provincia de Bs. As., Aníbal Fernández. Así, comenzó la catarsis mediática del peronismo. Mientras que en Cambiemos todo era fiesta, alegría y color, el lamento se apoderaba de los presentes en el show del oficialismo, hasta dejar vacío el lugar.

Este lunes, el candidato presidencial por Cambiemos se mostró en varios canales junto a su leal compañera y ganadora en provincia, María Eugenia Vidal. Difícilmente faltó programa al cual no asistieron. A la par, Daniel Scioli realizaba una conferencia de prensa donde llamativamente contestaba a periodistas y manifestaba que ahora sí quería participar de un eventual debate.

¿Desesperación?

Los dirigentes del kirchnerismoreaparecieron para no perder protagonismo. Lejos de reconocer la derrota de su propio ego, se prestaron al juego televisivo. Sin ir más lejos, anoche en la suerte de debate de “Intratables” (América TV), aparecieron los legisladores justicialistas Diana Conti y Guido Lorenzino (sí, el hermano de Hernán, el que una vez le preguntaron sobre inflación y respondió “me quiero ir”).

Contradicciones van, contradicciones vienen, se producía una especie de sinceramiento sobre lo ocurrido. Eso sí: negaban un fracaso pero su forma de hablar evidenciaba lo contrario. Durante dos horas y media de programa, se animaron hasta prometer que Scioli se encargará del narcotráfico (raro, porque su candidato Aníbal era todo lo contrario), alabar los -antes rechazados- debates presidenciales y soldar las visibles fisuras que sufre el frente.

En fin, si hay algo que nos ha enseñado el peronismo es su capacidad de “perdonar” sus dilemas internos para apostar por la permanencia en el poder, pero al menos no lo hagan frente a la audiencia. Los miembros de Carta Abierta apuntan contra el estilo del sciolismo. Hebe de Bonafini, quien una vez acusó a Scioli de dejar arruinada la provincia, ahora invita a “votarlo sí o sí”. Hasta Alberto Samid dice que las cadenas de Cristina perjudican y la misma Karina Rabolini dice que su esposo “no es el candidato deseado por todos”. Parece que las cosas están lejos de solucionarse. Todavía queda ver cuál será el rol que la presidente jugará. ¿Seguirá hundiendo con sus interminables cadenas nacionales a su candidato? Las respuestas las tendremos en breve.