El obrero se tiene que arreglar con lo que tiene que es la única forma de que salga adelante el país declaró Macri al manifestar que la Pobreza Cero no se resolverá durante muchos años -aunque le dé “bronca” como dijo- porque uno de cada tres argentinos está debajo de la línea de la pobreza.

Otro show mediático montado por el Presidente, lamentable y cínico, si tenemos en cuenta que para el Indec el 47,7% de los menores de 14 años es pobre y el ingeniero no dará marcha atrás a sus políticas económicas, ni a su evidente corrupción con las consecuentes estafas al Estado.

El “pañameno” y sus múltiples funcionarios y empresarios amigos no devolverán ni medio centavo de sus cifras millonarias en paraísos fiscales, ni los dólares robados por lavado de dinero y continua fuga de capitales, entre otros ilícitos que incluyen las licitaciones públicas. Los ricos seguirán siendo más ricos y jamás se repondrán las retenciones; para 2017 se vienen más favores a la minería y exención de Ganancias al Poder Judicial.

Sin que la prensa mundial deje de criticar la corrupción de nuestro Presidente, Cristina condecorada en Ecuador, entre otros conceptos se refirió a la derecha conservadora y restauradora de los viejos privilegios y de esa América Latina mera exportadora de materia prima con millones de excluidos “intentó para mí un final similar al de Dilma” y “por lo tanto tener un relato mediático”.

En tanto, la cúpula sindical para felicidad del macrismo, de Massa y tantos otros parlamentarios traidores del voto popular, no fijó fecha para un paro general. Sin respetar a sus afiliados, aceptó además un plazo de 10 días para que el Ejecutivo se reúna con los empresarios y luego les responda a sus tibios pedidos.

Lo cierto es que a esta altura de las desventuras a que las sometió el Gobierno a la Argentina con la complicidad de los sindicatos y parlamentarios “comprados” que ni siquiera cuestionan la altísima deuda adquirida, pareciera que su solución es fumigar a la población empobrecida.

Al menos ya es innegable la creciente represión a trabajadores que reclaman sus puestos de trabajo en fábricas, echados por el empresariado en su conjunto y las humildes Pymes que no soportan el tarifazo salvaje.

Se suma a la violencia institucional imperante, la embestida contra chicos villeros, el continuo daño a sedes de La Cámpora, atentados a bustos de NK, persecución política y amenazas a jueces y fiscales que anteponen -a los estragos de la Justicia actual con el descomunal apoyo mediático- la necesidad de actuar con rectitud.

Es así que al fiscal Moldes, reconocido corrupto, Macri le dictó que hay “desratizar” a jueces honrados como Rafecas.

Moldes apela el fallo de la Cámara Federal que se negó a reabrir la investigación por la denuncia de Nisman contra la expresidenta Cristina y funcionarios de su gobierno por presunto encubrimiento del atentado a la Amia y acusa de irregularidades a la Cámara de Casación Penal. También arremete contra la sala I de la Cámara, que ratificó la decisión de Rafecas de archivar esa denuncia y con la anuencia de las tres instancias, por falta total de pruebas.

Por otra parte, la Prefectura secuestró, torturó y amenazó de muerte con cuchillos y armas de fuego a jóvenes de la villa 21, miembros de la revista “La Garganta Poderosa”. Les quitaron la ropa y con trompadas y palazos los cargaron en vehículos.Esposados a un caño, los encañonaron, dispararon tiros al aire y los soltaron obligándolos a huir corriendo.