En la madrugada del domingo llegaron a Uruguay seis de los presos que Estados Unidos acordó trasladar de Guantánamo, cuatro sirios, un palestino y un tunecino, considerados de bajo perfil y riesgo, según lo informó el Pentágono; la operación forma parte de la estrategia de cerrar esta cárcel antes de que termine el mandato del presidente Barack Obama (en el 2017), promesa con la que se comprometió a inicios de su mandato.
Cliff Sloan, quien es el designado por Obama para supervisar el cierre de la prisión de Guantánamo, señaló: "Estamos muy reconocidos con Uruguay por esta acción humanitaria y al presidente José Mujica por su rol determinante para dar asilo a estos individuos que no pueden ser enviados a sus propios países".
Los seis detenidos fueron trasladados a Uruguay en un avión de la fuerza aérea estadounidense, según lo indicó el portavoz del Pentágono Myles Caggins, esta trasferencia se suma a los otros siete presos que se trasladaron en noviembre, aun quedan en Guantánamo 136 detenidos.
Uno de los presos trasladados a Uruguay es el sirio Jihad Divab, quien se había declarado en huelga de hambre, y para hacer valer sus derechos de no querer ser alimentado a la fuerza, acudió a la justicia estadounidense.
Abdelhado Omar Faraj, (otro de los seis presos), expresó en una carta "en cuanto a mí y a los otros prisioneros, deseo asegurarles a todos los uruguayos, incluyendo el gobierno, que brindaremos solo buena voluntad y contribuciones positivas a Uruguay mientras aprendamos español y rehacemos nuestras vidas aquí", la misiva fue enviada al diario uruguayo por su abogado Ramzi Kasem.
Los presos permanecerán en Uruguay en calidad de refugiados y como hombres libres, el Ministro de Interior, negó que pueda recaer sobre ellos algún tipo de "vigilancia especial" por parte de las fuerzas norteamericanas.
En una encuesta realizada en Uruguay sobre el traslado a su país de los presos de Guantánamo, resultó que el 58% de los encuestados rechazó el compromiso que adoptó el mandatario José Mujica con el gobierno estadounidense. Mujica consideró esta decisión un compromiso humanitario ineludible, según lo señaló en una misiva publica el pasado 5 de diciembre.