La Fundación para la Libertad de Prensa colombiana (FLIP) dio a conocer en los últimos días su informe anual sobre la situación del periodismo en ese país. Según esa entidad, durante 2014 se registraron 131 agresiones que afectaron a 164 reporteros en Colombia, incluyendo amenazas a 71 de ellos.
La difusión del informe se realizó el 9 de febrero vía internet a través del sitio web de la Fundación, y parte del mismo fue presentado en el foro internacional de periodismo llevado a cabo en las instalaciones de la Cámara de Comercio de Bogotá. Participaron representantes de la Sociedad Interamericana de Prensa, Reporteros Sin Fronteras y el Colegio de Periodistas de Bogotá, entre otras entidades.
El documento elaborado por la Fundación para la Libertad de Prensa lleva como título "60 años de espionaje a periodistas en Colombia", en referencia a un escándalo destapado en 2014. En esa oportunidad se descubrió que algunas agencias de inteligencia tenían intervenidas las líneas de comunicación de unos 120 periodistas de ese país. La mayoría de ellos cubrían las acciones de las autoridades nacionales y los diálogos de paz llevados adelante por el gobierno de Juan Manuel Santos y la cúpula de las Farc en La Habana. En una investigación más extensa, se llegó a la conclusión de que las intervenciones ilegales a periodistas por parte de personal de inteligencia se llevan a cabo desde hace al menos unas seis décadas.
Jonathan Bock, asesor de Protección de la FLIP sostuvo que además de ese tema central, el informe de 2014 también incluye advertencias por la crisis presupuestaria que atraviesa la Unidad Nacional de Protección, por el cual casi un centenar de periodistas se encuentran bajo tutela del Estado, apoyándolos con custodios, chalecos antibalas y vehículos blindados por haber sido considerados en alto riesgo.
Según Bock, hay periodistas que no pueden salir de su ciudad porque no están disponibles los viáticos para el combustible de los vehículos de seguridad. Asimismo, el dossier denuncia la falta de avances en las causas sobre periodistas asesinados, y advierte que durante 2015 prescribirán cinco litigios.
Además del informe anual, el asesor se refirió a otros aspectos de la situación del periodismo en Colombia.
Sobre la violencia que atraviesa el país desde hace más de medio siglo, afirmó que, lejos de la época donde la guerrilla, los paramilitares o los narcotraficantes lideraban la concreción de amenazas a la prensa, hoy los principales agresores son los funcionarios públicos, miembros de alcaldías o gobernaciones. Las presiones por parte de miembros del Estado son más sutiles, ya no tanto con esa violencia desmedida que llega al asesinato, pero sí con intimidaciones, amenazas o un uso de la pauta publicitaria que sólo beneficia a los periodistas benevolentes con el gobierno de turno.
En tanto, con respecto a la posibilidad de que las Farc dejen las armas tras las gestiones que se llevan a cabo en La Habana, Bock afirmó que hay mucha expectativa desde el sector periodístico, porque en la mesa de negociaciones hay al menos once puntos que tienen que ver con la libertad de expresión o libertad de prensa.