Bien es conocido por todos, como puede llamarme la atención a un adolescente el hecho de coquetear con las drogas. Hablaremos no solo de drogas ilegales sino también de drogas legales como el tabaco y el alcohol.
Algunos adolescentes comienzan a sentir curiosidad por todo este tipo de sustancias desde una edad temprana y, en primer lugar, por las drogas legales más extendida: el tabaco y el alcohol. Sin embargo y, aunque el adolescente tenga la mayor cantidad de información sobre los efectos perjudiciales de estas sustancias, muchos de ellos se animan a probarlas por simple curiosidad o por no ser alejado de su grupo de amistades que también las consumen.
El tabaco, el alcohol, la marihuana y la cocaína son las drogas que más se consumen entre la población adolescente y, el peligro que presentan estas drogas cuyo consumo excesivo y continuado llega a ser letal, exceptuando la marihuana.
Aunque el consumo de tabaco se relacione con múltiples tipos de cáncer como de laringe y pulmón, el de alcohol con el desarrollo de una cirrosis hepática y más adelante un cáncer de hígado y, la cocaína con el posible desarrollo de enfermedades psiquiátricas y, obviamente todas ellas, con la relación de dependencia que crean.
A todo ello, los datos que pueden hacerte sospechar que tu hijo consume marihuana son los siguientes:
1. Ojos rojos: Si tu hijo vuelve a casa y te percatas que tiene los ojos rojos e inyectados en sangre así como los párpados caídos deben ser los primeros síntomas de alarma que te hagan sospechar de su consumo.
Sin embargo, hay muchos colirios que solucionan este problema y que deja que pase inadvertido.
2. Irritabilidad: Es un síntoma muy frecuente debido a la desconfianza que se genera en el ámbito familiar y la sospecha de tu hijo de que sepas que consume la sustancia. A todo esto debemos sumarle el hecho de que escondan sus cosas y les moleste que se las revisen.
3. Cambios en la manera de hablar y excesivas ganas de comer: Es muy característico del consumo de marihuana un enlentecimiento a la hora de pronunciar las palabras y las excesivas ganas de comer. Debemos sospecharlo, sobretodo, si estas ansias por comer se producen cuando regresa a casa después de una salida.
4. Sueño excesivo: El aumento de las horas de sueño y la flojera que los caracteriza, así como la apatía a la hora de relacionarse con sus familiares son síntomas delatadores de consumo.
5. Reclamo repetido de dinero: El hecho de que pida de manera muy repetida dinero para sus salidas, sobre todo si es una cantidad fija es algo que lo caracteriza. Aún es más grave si llega al punto de que comiencen a desaparecer objetos en casa que habrá utilizado para vender y así conseguir dinero para su dosis.
Debemos educar a nuestros hijos desde temprana edad para hacerles comprender que el consumo de drogas no es algo beneficioso explicándoles los efectos perjudiciales de ésta, así sean drogas "duras" o "blandas" y, que por atractivo que parezca, ello puede llevarles a convertirse en adictos a dicha droga.