Como todos bien sabemos el hecho de mantener una dieta saludable que no sobrepase las calorías necesarias para cada individuo, que sea variada y baja en grasas y con el aporte necesario de hidratos de carbono y proteínas, es un punto clave para el mantenimiento de una buena Salud y mejor aún si se complementa todo esto con la realización de ejercicio diario.

La sal es un componente que se encuentra en muchos alimentos que consumimos en la vida diaria y, la cual es necesaria para mantener el correcto funcionamiento de nuestro organismo. Así un aporte diario de sodio, elemento químico que se encuentra en la sal es indispensable para que el cuerpo lleve a cabo una serie de funciones fisiológicas necesarias para la vida, tales como controlar la cantidad de agua del organismo, mantener constante la hidratación celular y para poder transmitir los impulsos nerviosos.

Aunque debemos controlar la cantidad de sal que tomamos diariamente para no sobrepasarla y, de esta manera que no actúe en detrimento de nuestra salud. Aunque debemos tener cuidado debido a que muchos alimentos contienen lo que se llama "sal invisible" y que ocupa casi el 80% de la sal que consumimos a diario. Este aporte de sal nos llega de alimentos procesados como el jamón de york o los cereales, así como productos enlatados y salsas que contienen una alta cantidad de sodio. Por ello los nutricionistas recomiendan solo el aporte de 1,5 gramos de sal al día debido a lo anterior y a que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera en 5 gramos diarios el aporte de sal que es saludable para el organismo, no más que una cucharilla de café.

Por lo que ya se ha explicado anteriormente, el aporte sal diario es imprescindible para el organismo, sin embargo no debemos sobrepasar la cantidad estipulada por la OMS debido a la multitud de problemas que puede acarrear el consumo crónico de una cantidad excesiva de sal.

Hoy en día está demostrado que el consumo excesivo de sal de forma crónica conduce a estados de hipertensión que se podrían volver crónicos que conlleva a estar medicados para toda la vida.

Además también se ha asociado al desarrollo de tumores gástricos, como ya se publicó en el British Journal of Cancer en 2004 y en el aumento de la probabilidad de desarrollar con el tiempo enfermedades cardiovasculares como infartos de miocardio, accidentes cerebrovasculares, así como problemas renales que conllevan a una disminución en su función debido a la saturación de sodio y deterioro cognitivo.