Fruto de las preguntas que a veces nos hacen, esta semana os hablaremos de algunos alimentos que no son lo que parecen o parecen lo que no son: cómo clasificaríamos los cacahuetes?, ¿Y los aguacates?. Aquí os dejo los que más dudas traen consigo:
- Los cacahuetes (maní): frutos secos o legumbres?
Por la manera que tenemos de consumirlos y por el producto derivado que se extrae, muy famoso gracias en las películas americanas (por la mantequilla de cacahuete), es normal pensar que estamos ante una frutos secos, como lo son las avellanas o las almendras.
Pero en realidad, el maní es botánicamente una legumbre ya que pertenece a la misma familia que las lentejas, garbanzos o alubias.
Nutricionalmente el maní también recuerda más a un fruto seco ya que tiene diferencias que le separan de las legumbre y semejanzas que le acercan al grupo de los frutos secos. Lo primero que destaca es su cantidad de grasa. Mientras que un puñado de lentejas no llega a 0,3g de grasas, o un puñado de garbanzos al 1,3. Sin embargo un puñado de cacahuetes contienen casi 10g de grasas. Muy cerca de las almendras (10,8g) o las avellanas (12,4g).
También llama la atención el bajo contenido en carbohidratos, con una cantidad similar (1,4g) a la de las avellanas y nueces y más alejada de las lentejas y alubias que se encuentran alrededor de 9 gramos el puñado.
La fibra es más baja también en el maní que en sus parientes. Y lo único que destaca y lo acerca a la familia de las leguminosas son las proteínas. presente en más cantidad que lentejas, judías o garbanzos.
Así pues, si seguimos hablando del cacahuete (o lo hacemos a partir de ahora) como si fuera un fruta seco, no vamos desencaminados siempre y cuando hablamos de él en términos nutricionales.
- El aguacate: fruta o grasa?
Parece bastante claro que el aguacate es una fruta (o fruto), tanto por su aspecto como por su procedencia (el árbol persea americana). Sin embargo, cuando abrimos un aguacate nos encontramos con algo bastante diferente de lo que entendemos como "fruta". Tradicionalmente esperamos que la fruta tenga bastante agua, tenga un sabor dulce, sea aromática y presente una textura más o menos fibrosa.
En cambio, cuando abrimos un aguacate nos encontramos ante una fruta con una pulpa densa, mantecosa, nada dulce y sin prácticamente olor.
Si comparamos la composición nutricional del aguacate con otras frutas aparecen algunas diferencias. De entrada su gusto ya nos da una idea de lo macronutriente que se encuentra en menor cantidad: los glúcidos. Y es que 100g de aguacate no contienen ni un gramo de azúcares. A diferencia de las otras frutas, que oscilan entre los 6 gramos de la sandía y los 21g del plátano.
¿Qué ocurre con las grasas?. El aguacate tiene un 14%. La fruta se queda con el 0,15% de la manzana o el 0,3% de la sandía. La peculiar textura ofrece una cierta ventaja a la hora de consumirlo ya que nos permite su utilización como si fuera mantequilla o queso de untar.
El otro alimento rico en AGM es el aceite de oliva. Hay otros alimentos de los que hemos aclarado también la duda que creaban. Este es el caso de la calabaza, que para más de uno y más de una le puede parecer que se trata de un farináceo. O los guisantes, y la confusión que generan cuando planteamos si estamos ante una verdura o una legumbre. Ya lo veremos en próximos artículos.
En definitiva, la alimentación también tiene sus pequeños engaños y nos confunde en ocasiones. Pero nosotros estamos aquí para aclararos lo necesario.