Melina Figueroa decidió comenzar su paso por el programa 'joteando' a Pedrito. Siendo la última en elegir pareja, su decisión estaba más que clara, ya que sólo quedan Eduardo y Pilar y Pedro y Romina. La argentina no dudó a quién elegir. Pedrito se sintió muy halagado pero a la vez muy nervioso por este "joteo", ya que Romina salió a la defensiva y el chileno no sabía qué hacer entre las dos, que sacaron sus mejores armas.

Melina entró a por todas, muy dulce pero a la vez muy agresiva. Está claro que con su ingreso revolucionó al nido, pero esta semana en concreto, su objetivo es Pedro.

Romina se fue al búnker diciendo que estaba muy bien con él, a pesar de los comentarios que había hecho respecto a que lo veía muy aburrido. Recordemos que Melina es experta en este tipo de realitys -en nuestro país participó en el que emitía Canal 13, "Mundos opuestos 2"-, así es que sabía muy bien qué decir para "caldear el ambiente".

Pedro se ha mostrado durante su participación en el nido con un perfil bastante bajo, ya que no le gustan las peleas y provocaciones que hay entre sus compañeros. De hecho, se ha mostrado más afín con Matías y Eugenia que con las parejas de Oriana o Aylén que son las más "agresivas" de la casa. Pedro ha sido un excelente concursante y así lo ha demostrado, ya que en cuanto a pareja, ha sabido estar a la altura y más aún si nos referimos a pruebas físicas.

Melina ha definido a Pedro "como que está muy bueno", así se lo ha confesado a Eugenia quien no ha tardado en contarlo. Lo que está claro es que Pedro pasa más tiempo con Melina que con otras jotes con la que ha estado, y le ha permitido que se acerque más de lo que a Romina le gustaría.

Esta semana la casa está revolucionada, ya que Pedro no ha sido el único que ha quedado encandilado con su "jote".

Hernán ha decidido "jotear" a la nueva pareja, lo que no le ha sentado nada bien al recién llegado, que creía que sería él el "joteado", y para colmo de males, ha sido su compatriota. Sin más, Javier ha tenido que aceptar el juego e irse al búnker con los demás, quienes además de consolarlo tendrán que contarle a qué se debe el apodo de "Padre" que le endilgaron.