Ángela Pereyra, la nueva integrante de la casa de Gran Hermano, fue sancionada con una tarjeta amarilla por contar información del exterior. Mediante un comunicado, la producción le informó los participantes su decisión ya que violó una de las reglas de oro del reality y rompió el aislamiento.

La participante que entró el miércoles no pudo con su genio y contó que River se clasificó para la Copa Libertadores e hizo mención del escándalo con el gas pimienta en el superclásico jugado en la Bombonera.

La nueva "hermanita" apodada Angie, tiene 21 años, es paraguaya y vive en la Villa 31.

Llegó al país hace siete años con su familia y en su presentación aseguró que quería entrar a la casa de Gran Hermano para "cambiar su vida". Trabaja en un restaurant y tiene una historia de vida muy fuerte.

Cuando ella y su familia llegaron al país tuvieron que vivir tres meses bajo un puente porque no tenían trabajo ni dinero. En su familia diez hermanos: una de sus hermanas menores padece una enfermedad que puede ser mortal (de hecho su tía falleció de esa misma enfermedad). También tiene un medio hermano (hijo del mismo padre) de aproximadamente 37 años al que no conoce y que pretende encontrar a partir de su exposición en el reality. Además de cocinera, Angie ayuda en un hospital como "payamédica" y juega al fútbol en un equipo de mujeres con sus amigas.

Angie obtuvo la mayor cantidad de votos del público (con el 30,7 por ciento superó a Camila, a Belén B. y a Solano) e ingresó a la casa el miércoles en la gala de nominación. Para sorpresa de todos Gran Hermano la llamó para que fuera al confesionario y tuvo que nominar. Le dio dos votos a Eloy y uno a Marian, pero a sus compañeros les dijo que Gran Hermano la llamó para darle la bienvenida.

Se nota que Angie entró dispuesta a jugar desde el minuto uno tal como lo dijo numerosas veces en el programa "El debate" y en las entrevistas que le hicieron antes de su ingreso. Según contó su estrategia será conquistar a Brian que, por el momento, mantiene una relación con Marian.