Anoche se vivió una gala de nominación especial en Gran Hermano 2015. Con un nuevo día (suele realizarse los miércoles), se armó la lista de los nominados para la próxima gala de eliminación. La inesperada sorpresa fue que todos los habitantes de la casa quedaron sentenciados. Un hecho insólito en la edición nacional del show.
La peculiar noche se desenvolvió de la siguiente manera: ya había una nominada antes del comienzo de la gala, era Belén Etchart, quien había sido fulminada por Matías Schrank. A ella se le sumó Francisco Delgado, a minutos de haber dado inicio el programa.
El flamante papá quedó nominado por azar, al recibir un sobre en el Cuarto Rojo Después llegaría el momento de las nominaciones formales.
Uno a uno los hermanitos fueron ingresando al confesionario para sentenciar. Lo llamativo fue que, en general, todos votaron de la misma manera. Todos apuntaron contra Matías, el misionero que se postula como nuevo favorito a consagrarse campeón de esta nueva edición.
Brian Lanzelotta y Marian Farjat le dieron dos votos negativos a Matías. Mientras que Fernando, Francisco y Romina lo hicieron de la misma manera: dos para el cantante de cumbia y uno para el misionero.
La única que realizó su voto diferente fue Belén, quien le otorgo dos puntos a Fernando y uno a Marian.
Para Jorge Rial, conductor de las galas, se trató de un “grosero complot” lo que se vivió anoche. Una acción no permitida por el reglamento, por lo que se sancionó a los participantes enviándolos a placa. Hasta Schrank cayó en la bolsa, enfureciendo a sus seguidores por considerar injusta la medida.
De este castigo general, la única que se encuentra con cierta ventaja es Belén Etchart, quien por encontrase fulminada sólo podrá abandonar la casa si recibe el 60 por ciento de los votos de la gente.
Mariano Berón y Florencia Zaccanti son los únicos que quedaron excluidos de la sanción por no haber participado de la nominación.
Por el momento, lo que se palpita en las redes sociales es que Fernando será el próximo en abandonar GH 2015. Poca es la simpatía que consiguió el ingeniero del público, que ya no lo quiere dentro del juego.