Ayer, un hecho insólito captó totalmente la atención de tanto de turistas como la de los trabajadores de la zona cercana a Puerto Madero. Una ballena, de seis metros de largo, apareció en el dique 4 y rápidamente se convirtió en el centro de atención de la city porteña. 

Afortunadamente, hoy gracias al trabajo que realizó Prefectura Naval Argentina en conjunto con la Organización Cethus, lograron sacar a la ballena del dique 4, en el cual se encontraba varada y en riesgo de vida, ya que es un animal de agua salada.

Finalmente, el equipo logró guiarla en dirección a la salida al Río de La Plata.

La también conocida como ballena jorobada, tenía tan sólo dos años de edad.  Apareció ayer por la mañana cerca de los yates amarrados en el Yacht Club.  Según las declaraciones realizadas ante todos los medios de prensa que acudieron a registrar el insólito hecho, los expertos dedujeron que el animal debía estar perdido y aseguraron que presentaba signos claros de desnutrición y también lesiones en la piel. Además, comentaron que la ballena tenía un trozo de red de pesca atascado. 

De todas formas, todo indicaría que el animal tuvo algún inconveniente de salud y que eso fue lo que provocó que se separe de su manada. Miguel Iñiguez, director de la Fundación Cethus, que participa del operativo explicó que el animal se dirigió desde la Dársena Norte hacia aguas abiertas. 

"El animal no está en estado ideal.

Seguramente está enfermo, y se le observan lesiones en la piel. Creemos que fue este mal estado el que lo llevó a desorientarse de su ruta migratoria", aseguró Iñiguez ante los medios de comunicación presentes en Puerto Madero.

Por otro lado, el especialista en avistamiento de ballenas Pablo Fiaramonti se refirió a las posibilidades de supervivencia de la ballena y comentó que hasta el momento no cree que la falta de alimento sea una causante de muerte para el animal. "El animal está estresado y nervioso.

Posiblemente ni siquiera necesite comer en este estado", detalló. Sobre la alimentación, aseguró que este tipo de cetáceos comen krill, que son unos crustáceos minúsculos que se encuentran en las profundidades del océano, bastante lejos de las placas continentales, por lo tanto "no hay con qué alimentarlo".