Según diferentes blogs especializados, se ha sabido que Microsoft incluirá el juego Candy Crush a la lista de juegos preinstalados de Windows 10. La medida ha despertado tanto aplausos de aquellos que gustan del juego bandera de King, como críticas entre diferentes profesionales y usuarios del sistema operativo.

Que el juego es una sensación, no se pone en duda. Candy Crush se sumará a juegos tan “Windows” como es el Solitario, el Buscaminas o el Corazones, un trío que en Windows 8 brilló por su ausencia. Se estima de que Candy Crush se sincronizará con nuestros perfiles de Facebook, de Android, o de cualquier otra plataforma en donde juguemos, para llevar un conteo de las vidas, niveles superados, etcétera.

De esa manera podremos continuar nuestras partidas desde móviles, Facebook, etcétera y destrozar tantos caramelos como queramos (o podamos).

En el otro rincón se sitúan los detractores y críticos de esta medida. Candy Crush, como los juegos “clásicos” de Microsoft, se instalará en nuestros computadores lo queramos o no. Ya sea que actualicemos nuestro sistema operativo, ya sea que realicemos una “instalación limpia”, en ningún momento podremos optar por no instalar dicho juego.

El usuario “promedio” cada vez se preocupa más por aquellos programas no solicitados, que vienen instalados “por defecto”, y a los que se denomina bloatware. En los últimos tiempos se han conocido distintos casos de bloatware espía, y hasta dañino para los usuarios.

Uno de los ejemplos más recientes involucra a la empresa Lenovo, que instalaba a sus clientes un programa que intercalaba links y publicidad en cualquier web que visitaran, incluyendo las más seguras.

Ambas posturas son, naturalmente, muy razonables y dignas de tener en cuenta. Se sabe además que otros juegos de King podrían compartir el mismo puesto (y espacio en disco) con Candy Crush, y serán incluidos próximamente con el sistema operativo. Ojalá, para los nuevos lanzamientos, nos den la opción de aceptar o rechazar dichos juegos.