Para aquellos que decidan hacer un paseo por Europa, no pueden dejar de visitar esta encantadora ciudad belga, que se encuentra a sólo 90 km. de la capital, Bruselas.
Dentro de Europa es muy fácil trasladarse. Más allá de tener varias compañías aéreas de bajo costo, los trenes de alta velocidad permiten recorrer grandes distancias en corto tiempo y a precios razonables. Thalys es la empresa que lleva hasta Bélgica. Desde París sólo me tomó 1 hora 20 minutos; además, se viaja cómodo y con internet a bordo.
Apenas llegué a la estación de tren pedí un plano.
Es una ciudad pequeña que en medio día se la puede recorrer; no toma mucho tiempo más.
Brujas es conocida como la "Venecia del Norte" debido a la cantidad de canales que atraviesan la ciudad, y está bordeada por un canal mayor en el que se puede disfrutar de un paseo en barco y contemplar la ciudad desde el agua.
Yo hice mi recorrido a pie y con mapa en mano, lo que fue de mucha ayuda ya que estaba muy bien detallado y resaltaba los puntos de interés más importantes. Saliendo de la estación de tren crucé el canal e ingresé a la ciudad, comenzando así mi recorrido. El primer sitio al que llegué fue Begijnhof, que es el lugar adonde vivían las viudas y huérfanas que se encargaban de cuidar a los desamparados y a la oración. Se caracterizaba por ser un sitio exclusivo de mujeres.
El turista que continúe el trayecto acercándose hacia el centro, podrá pasar por la Catedral de "San Salvador" y por la iglesia de "Nuestra Señora".
Camino al casco histórico podrá tomar Steenstraat, una de las calles comerciales, y así llegar a la imponente Plaza Mayor. Ya en la Edad Media esta plaza era el corazón de Brujas, adonde la gente se reunía para eventos políticos; asimismo era escenario de fiestas populares y conciertos. Allí también se encontraba el mercado, que actualmente se realiza los días miércoles.
El campanario en uno de los lados de la plaza, era el símbolo de poder y autonomía de la ciudad, y marcaba las horas de trabajo de los artesanos; hoy se encuentra el Museo de Salvador Dalí. En otro lado de la plaza puede verse el palacio de la Provincia, de estilo neogótico.
Por detrás de la Plaza Mayor se encuentra La Plaza Burg y otro de los imponentes edificios de la ciudad, el Ayuntamiento. Siguiendo el camino no se puede dejar de pasar por Rozenhoedkaai, uno de los lugares mas fotografiados de Brujas.
A cada paso se podrán ver postales que maravillen; su arquitectura, sus encantadoras callecitas que parecieran salidas de un cuento; una verdadera ciudad medieval.
Paseando por Brujas no se puede dejar de comprar chocolates para llevar, porque si hay algo cierto es que los chocolates belgas son los mejores del mundo. Pero mejor aún es, entre tanto andar, tomarse un descanso y sentarse a disfrutar de un rico chocolate caliente acompañado de un waffle, que es otro de los dulces característicos del país.
Espero hayan disfrutado de mi paseo por esta bella ciudad y, para quienes tengan la oportunidad de visitarla, que les sirvan algunos de estos tips.