Si viajás a Bariloche, las chocolaterías serán seguramente una parada obligada en tu itinerario. La oferta de la ciudad es muy variada al respecto; podés encontrar desde el típico chocolate en rama, barritas rellenas de crema de tiramisú, amaretto o frutas, hasta barras espolvoreadas de frutas secas, nueces o avellanas, sumados a los nuevos productos que temporada a temporada los maestros chocolateros agregan a las cartas de los diferentes establecimientos.
Pero ¿ Cómo llegó el chocolate hasta la capital de los lagos del sur? La historia cuenta que en 1947 un inmigrante italiano, Aldo Fenoglio, fue el primero en producirlo.
Llegó con su esposa, Inés Secco, e instalaron la confitería "Tronador". A mediados de los años 60, ya eran reconocidos por sus chocolates y los visitantes los consideraban una referencia. Posteriormente rebautizaron a la confitería con el nombre de "Fenoglio".
Tiempo después, otro miembro de la familia abrió "Del Turista", chocolatería que perdura también hasta nuestros días. De esta manera iniciaba la historia chocolatera barilochense.
Bariloche cuenta con su "Museo del chocolate", en el mismo se brinda a los visitantes información que va desde las cosechas de cacao que realizaban los aztecas -quienes lo preparaban como una bebida - ; pasando por la Conquista, cuando fue llevado a España y adoptado por los europeos.
Parte de la visita al museo implica la explicación de cómo se hace chocolate: te adelantamos que las semillas de cacao primero se deben fermentar, secar y moler para unirlas a otros ingredientes. Después de un proceso un poco más complejo, aparecerán las primeras piezas de chocolate.
Durante el recorrido también puede apreciarse el circuito de fabricación; desde que ingresa el cacao en polvo hasta que se producen las primeras barras de chocolate.
Tanto ha crecido la industria chocolatera en la ciudad, que desde hace unos años Bariloche tiene su propia "Fiesta del chocolate", en la que se construyen nada más y nada menos, que el huevo y la barra de chocolate más grandes del mundo . La celebración se lleva a cabo durante Semana Santa, momento en el que tanto el huevo gigante como la barra, son repartidos entre los asistentes.
Durante la última fiesta, se calcula que fueron repartidas alrededor de 50 mil porciones de chocolate.
Ya tenés una pincelada del panorama chocolatero de Bariloche, ahora te decimos a que chocolaterías deberías ir, si vas a de visita.
Rapa Nui. Se trata de una chocolatería/confitería en la que no solamente podés elegir riquísimos y tradicionales chocolates, sino también compartir un café con delicias de la patissiere. ¡Ah! No te olvides de pedir un cono Fra Nui.
Mamuschka. Un espacio tradicional en el que también se puede compartir un café con delicias del lugar. respecto de los chocolates, ofrecen barras rellenas con cremas de tiramisú, frambuesa, avellanas, entre otras creaciones. También tienen una extensa variedad de bombones y turrones de avellanas, nueces y almendras.
Del Turista. Además de los chocolates surtidos, se puede encontrar una variedad de perlas de chocolate, sumado a los conitos, chocolates en polvo y dulce de leche. este establecimiento se transforma también en una interesante opción.
Tante Frida. Heladería, chocolatería y repostería, con un ambiente familiar se pueden encontrar una variedad de chocolates artesanales hechos con elementos naturales.
Fenoglio. Tiene productos de altísima calidad; y la distinción de ser la casa fundadora de la industria chocolatera en Bariloche.
Por ultimo Torres. Es una de las chocolaterías más recientes en la ciudad, pero sus productos no se quedan atrás y compiten con las históricas chocolaterías barilochenses.