La piel del contorno de ojos es la primera en pasarnos factura por la falta de cuidados. Es el doble de fina que la del resto del rostro. Nuestros ojos sufren día a día debido a las horas que pasamos frente a la computadora, las horas de lectura, estudios o frente al televisor. Otros factores ambientales también los afectan, como los agentes externos representados por el sol, las bajas y altas temperaturas, el viento y la contaminación. Además, refleja los signos de cansancio, producto de la falta de sueño y de los cambios hormonales, las alergias, la retención de líquido y los factores hereditarios.

Otros agresores importantes son el alcohol y el cigarrillo.

No deberíamos extrañarnos que sea la zona que muestre los primeros signos de envejecimiento natural y aquellos resultantes del cansancio, la mala alimentación y el estrés. Todo está unido al estrés y al paso de los años, lo que genera la aparición de ojeras, hinchazón o bolsas, o las terribles patas de gallo.

¿Por qué surgen las ojeras? Existen múltiples factores que pueden causar la aparición de esta sombra alrededor de los ojos. Algunas se producen por la acumulación de melanina, que aparece como consecuencia de numerosos vasos sanguíneos congestionados o por la piel pigmentada en exceso.

En cuanto a las bolsas, hay tres tipos básicos.

Las más comunes, producidas por la retención de líquidos, son de origen acuoso. Otro tienen un origen adiposo, pueden estar provocadas por un cúmulo de líquidos, por la presencia de grasa localizada o por diversos factores genéticos o hereditarios.

Los párpados sufren el paso del tiempo y al caerse los músculos encargados de mantenerlos elevados, van perdiendo fuerza.

Las patas de gallo son las arrugas que aparecen a los costados de los ojos. Se forman principalmente por el paso del tiempo, pero también pueden estar asociadas a la exposición a los rayos UV. La prevención es una de las maneras más eficaces de tratar estos trastornos. ¿Cómo llevarla a cabo? Durmiendo al menos 8 horas; mejorando la alimentación; haciendo una dieta sana baja en sal y especias; bebiendo al menos dos litros de agua diarios y reduciendo la ingesta de alcohol.

Además, para conservar el contorno ocular en buen estado, es fundamental cumplir con una rutina diaria de higiene. Por la noche, es importante retirar completamente el maquillaje y aplicar un buen contorno de ojos, que permitirá lucir una mirada mucho más iluminada, con la piel más unificada e hidratada. Lo ideal entonces, es aplicar el contorno dos veces al día, por la mañana y por la noche.