Poseedor de impecables credenciales, e incansableinvestigador sobre vidas pasadas durante más de cuarenta años, el doctor Ian Stevenson se atreve a afirmar que posee datoscientíficos que verifican la realidad de lareencarnación.
Entrelos cargos desempeñados por Stevenson se encuentran el de jefe del Departamento de Psiquiatría de la Universidad deVirginia y Director de la División de Estudios de la Personalidad en laUniversidad de Virginia. Autor de numerosos artículos académicos, anteriores a quecomenzara su andadura como investigador de lo paranormal.A todo esto, hay que añadir el trabajo de toda una vida, que hemos de tener encuenta. No creo que ningún científico, en su sano juicio, se atreva a afirmarla realidad de un tema tan controvertido.
Lahipnosis no entró a formar parte en sus investigaciones, sino que optó por loque consideraba más fiable y espontáneo. ¿Quién mejor que los Niños? Stevensonestudió los casos de varios miles de críos que, de un modo espontáneo,rememoraban alguna vida anterior. El inocente recuerdo de otras vidas en losniños sí es factible de estudiar a través de rigurosas reglas científicas,no ocurre así en caso de haber utilizado la hipnosis.
Como eslógico, cualquier manifestación de los niños en estudio fue estrictamentedocumentada por el Dr. Stevenson, identificando, posteriormente, la existenciareal de la persona que un niño aseguraba haber sido, así como contrastar si loacontecido en la vida de la persona fallecida, coincidía con los recuerdos delniño. Defectos y marcas de nacimiento así como cicatrices y heridas anteriores fueron perfectamente confirmados.
Lacultura de un país tiene mucho que ver con la creencia o la duda de esteposible acontecimiento. Mientras que en oriente se asume como algo normal, seadesde el punto de vista religioso o filosófico, en occidente resulta tanextraño que cuesta de creer. Es lamentable que, a la exhaustiva investigacióndel más destacado experto en este fenómeno, no se le haya puesto la atenciónque merece, teniendo en cuenta la relevancia que supone para una evolución sanay consciente.