El noruego Magnus Carlsen se confirma como elmejor jugador de esta era al vencer por segunda vez consecutiva el Campeonatodel Mundo de Ajedrez. La victoria definitiva se produjo en la undécima partida,penúltima de las previstas, que dejó el marcador final en 6,5-4,5, inalcanzablepara el aspirante Anand.

Ambos se repartirán el millón de euros quehabía de bote de premios a razón de 600.000 para el campeón y 400.000 para elsubcampeón, aunque ambos tengan que dar parte de este dinero a la FederaciónInternacional de Ajedrez.

La partida parecía seguir los derroteros deotras anteriores que terminaron en tablas.

Anand volvió a plantear la DefensaBerlinesa, o Muro de Berlín, que, a día de hoy, sigue considerándose muydifícil de asaltar. Tales partidas no suelen deparar demasiadas emociones niconceden oportunidades de victoria a las negras. Así que Carlsen solo tenía queir presionando sin riesgo propio, como en los días anteriores. Sin embargo, enla jugada 23 saltó la sorpresa y Anand introdujo una modificación genial, nuncaexplorada por la teoría, que hacía saltar por los aires las ideas estratégicasde la Defensa Berlinesa. Esta idea de Anand no contribuía a hace más sólida suposición, como otras que había presentado en este mismo campeonato. Al contrario,le ofrecía una ventaja que, a juicio de los analistas, podría ser definitiva siconseguía desarrollar el plan con corrección.

La situación de Carlsen se veía agravada porlos apuros de tiempo. En caso de una victoria de Anand con negras, todo sefiaría a la última partida, con clarísima ventaja psicológica para el indio.Sin embargo, cuando sobre Carlsen se cernían los más negros nubarrones, a Anandle pudo la tensión. Primero ignoró una jugada que hubiese sido casi definitivapara, inmediatamente, cometer un error enorme, que no solo acabó con su ventaja, sino que le trajo la inevitable derrota.

Carlsen reconoció que no había jugado a sunivel, que no había estado bien en todas las partidas y que su victoria finalse debía también a los errores de Anand. Este, muy caballerosamente, felicitóal nuevo campeón e incluso charló amigablemente con él durante un rato. Carlsen respiró aliviado. Ahora tiene almenos dos años hasta una nueva defensa del título.