El primer partido de los Chicago Bulls sin Joakim Noah y Derrick Rose ha finalizado en victoria frente a unos Orlando Magic que, a pesar de ver muy cerca la victoria, no lograron concretarla y se desinflaron con la llegada del último cuarto y el martillo en el que se convirtieron los chicos entrenados por Tom Thibodeau. En un solo cuarto se distanciaron por ocho puntos y dejaron a Orlando Magic sin posibilidad de responder.

El primer cuarto empezó sin estridencias, con los clásicos intercambios de canastas que llevaron el marcador al seis iguales, momento en el que un arreón de los Orlando Magic llevó el marcador a un seis catorce con un parcial de ocho a cero para el equipo californiano, que hizo a muchos temer una racha al estilo de las de Oklahoma City Thunder o Los Ángeles Lakers.

Sin embargo los Chicago Bulls están hechos de otra pasta. Mantuvieron el tipo y en menos de tres minutos habían logrado llevar el marcador a una desventaja para ellos de solo tres puntos, inutilizando gran parte de la ventaja del rival. El marcador estaba veinte a diecisiete y acabaría veintiocho a veinticuatro.

Con este marcador empezó un segundo cuarto que se podría titular el de la remontada de los de Illinois. En menos de cinco minutos lograron llevar el marcador a su favor. Obtuvieron un parcial de quince a diez y dejaron el marcador en un ajustado treinta y nueve a treinta y ocho a su favor que permitía tener esperanzas. Sin embargo no quedó ahí la cosa, siguieron empujando y acabaron la primera mitad con un cincuenta y cuatro a cincuenta y dos que les daba la ventaja.

El tercer cuarto se convirtió en un mero trámite en el que ambos equipos intercambiaron canastas sin que nadie lograse distanciarse y con una defensa tan trabada que ningún equipo pasó de los veinte puntos, dejando el parcial en diecisiete a quince para los de Orlando y el marcador total en un empate a ochenta y nueve y todo por decidir.

El último cuarto empezó con un intercambio de canastas que fue roto por Chicago Bulls en un parcial de doce a dos que no pudo ser solventado por Orlando Magic. El partido acabó en ese momento, pues lo californianos no lograron jamás volverse a acercar a un equipo que estableció un fortín en su zona y cobró muy cara cualquier entrada.

Un partido trabajado a fondo por un equipo que estableció desde el inicio un dominio claro de la defensa y desde ahí construyó la victoria.