Los Memphis Grizzlies son un equipo que últimamente ha tenido la mala suerte de tener ciertas lesiones masivas por enfermedad, como el partido en el que perdió a cinco jugadores por una enfermedad estomacal repentina, y además los ha tenido siempre en partidos importantes y contra rivales importantes. Esto ha afectado al equipo y a los resultados. Sin embargo, esta vez ha podido contar con todos sus jugadores y el cambio se ha notado.
Frente a los Boston Celtics dieron un golpe de autoridad que ha dejado claro a la liga y a sus rivales que los Memphis Grizzlies han vuelto.
El partido empezó con los Memphis Grizzlies distanciándose ampliamente en el marcador y los Celtics luchando para poder llegar de nuevo a alcanzarles. Durante un instante lo lograron y empataron el partido de nuevo, pero a partir de ese punto se dio una racha de los Grizzlies que los de Boston no pudieron seguir. El marcador final en este cuarto fue de 16 a 25, nueve puntos de diferencia. En el marcador no parece una diferencia grave para un primer cuarto, esto es Baloncesto y esas son diferencias que con 36 minutos de plazo se pueden recuperar.
Sin embargo, muchos aficionados veían esa diferencia como el primer plazo del abismo de juego entre ambos equipos.
El segundo cuarto empezó con los Boston Celtics acercándose en el marcador mediante un juego agresivo tanto en ataque como en defensa. Sin embargo los Memphis Grizzlies sencillamente pusieron el modo diésel y esperaron a que ese juego pasase factura a los Celtics mientras ellos seguían marcando. Al final ese bajón se produjo y los de Tennessee empezaron a abrir otra vez brecha. Cuando se cerró el cuarto, los Memphis Grizzlies ganaban en el parcial por 30 a 25 y en el global por 55 a 41, catorce puntos. El camino a los vestuarios hablaba mucho del estado de ánimo de ambos equipos.
El resto del partido se puede resumir en los Boston Celtics tratando impotentemente de acercarse en el marcador, mientras los Memphis Grizzlies esperaban el final del partido para poder irse a las duchas a celebrar un triunfo que habían construido en los dos primeros cuartos de un partido que probó que seguían allí. El resultado final, 100-117, demuestra el poderío de los de Tennessee esta temporada, en la que suman 11 victorias en 13 encuentros.