El equipo azulgrana vuelve a la competición de la "Copa del Rey", un torneo siempre especial para los catalanes, que jugaran a las 22:00 horas en España. La principal sorpresa del partido viene por la vuelta a los terrenos de juego del gran Andrés Iniesta, aunque es previsible que tenga que empezar desde el banquillo. El once inicial es bastante probable que se preste a mucha probatura y en el que tendrán sitio los menos habituales de la plantilla.
Por su parte, el Huesca del ex jugador Tevenet ha asegurado que ellos saldrán con todo, ya que es un partido muy goloso y donde pueden demostrar muchas cosas, un escaparate, en pocas palabras.
El equipo aragonés jugará con una camiseta conmemorativa para celebrar el encuentro y el Barcelona jugará de amarillo para que no se dé la coincidencia de colores, pues el equipo oscense también es azulgrana. Los onces podrían ser lo siguientes:
- Huesca: Jimenez, Aythami, C David, Gálvez, Morillas, Josan, Tyronne, Camacho, Esnaider y Gassama
- Barcelona: Masip, Adriano, Edgar Lé, Bartra, Douglas, Rafinha, Sergi Roberto, Samper, Pedro, Sandro y Munir
Se espera un partido eléctrico por parte de los locales que intentarán presionar la salida con el balón jugado, tan característica de los catalanes. El contragolpe puede ser la mejor de las bazas para que Gassama busque su oportunidad, además de las rápidas bandas que son las principales bazas que podrán tener frente a un poderoso rival.
El Barcelona tendrá muchas caras nuevas, entre jugadores con pocos minutos y que juegan en el filial que milita en la segunda división española. Veremos a Masip en la puerta que promete mucho, según los entendidos en la cantera, junto al extraño fichaje del pasado verano, Douglas, que ni él mismo sabe la causa de su fichaje.
En el medio y la delantera, jugarán Munir (que su efecto se ha diluido con el paso de las jornadas) y gente como Sandro o Sergi Roberto, que tienen mucho que decir en el futuro de un Barcelona que afronta con ilusión la nueva edición de una copa que el año pasado acabó para ellos en aquella antológica cabalgada de Bale que acabó en gol.