El ciclista italiano Vicenzo Nibali, actualcampeón del Tour de Francia, ha decidido echarle una mano a su equipo, en elojo del huracán por casos de dopaje, manifestando que, ocurra lo que ocurra conla resolución de la UCI, no abandonará al Astana.
La semana pasada todo el mundo del ciclismodaba por seguro que la suspensión del equipo Astana para, al menos, latemporada 2015 era un hecho. La sucesión de casos de dopaje en el primer equipoy también en el filial, habría colmadola paciencia de la UCI que retiraría la licencia World Tour al Astana.
Hay querecordar que sin esta licencia no se puede competir en ninguna carrera del circuitoprofesional. En la práctica eso aboca a que todos los corredores del Astanapasen un año en blanco.
Sin embargo, en el mismo día en que se publicóla noticia en el influyente, y normalmente bien informado, periódico deportivoitaliano "La Gazzetta dello Sport", la organización que rige los destinos delciclismo manifestó que aún no se había tomado una decisión y que el caso seguía“bajo revisión”.
Quizá para presionar aún más a la UCI, Nibaliha manifestado que en ningún caso, sea cual sea la resolución que se adopte,abandonará al Astana. Con él llegaron también otros ciclistas italianos paralos que no sería tan sencillo lograr ser fichados por otro equipo profesional,dada la retirada de los anunciantes en los últimos años del mundo del ciclismo.Además, Nibali se siente en deuda con el equipo que, por fin, le llevó a ganaruna de las grandes, o, mejor dicho, la más grande.
Por su parte, uno de los corredores españolescon más futuro, Mikel Landa, que también está en las filas del equipo kazajo, y se adhirió a la posición de su jefe de filas manifestando que él también seguiríaen el Astana, pasara lo que pasara y que le parecería una enorme injusticiaque, por culpa de dos casos aislados, se pusiese en riesgo el futuro deportivode tantos profesionales que no tienen culpa alguna.
Sin embargo, con el caso aún sin aclarar,nuevos vínculos desvelados por la Fiscalía de Padua entre el Astana y MicheleFerrari, el médico más conocido del mundo del dopaje, no parece que vayan aayudar mucho a la UCI a permitir que corra la temporada que viene.