En la Escudería McLaren han decidido que los tiempos ahora les pertenecen. Tras muchos meses esperando a que se concretase el fichaje del piloto español de Fórmula 1 Fernando Alonso, ahora han decidido que van a esperar hasta que ellos consideren que es el momento adecuado para anunciar cual será el compañero del español para la siguiente temporada. Existen dos posibilidades muy claras:
Por un lado tendríamos a Jenson Button, piloto británico muy apegado a la marca y que encajaría con las filias que últimamente muestran en la escudería afincada en Woking de tener un piloto de Reino Unido en el equipo.
Es la opción más evidente y sería una apuesta por el campeonato de constructores muy clara. Esto es así porque se trata de un piloto que, aunque está ligeramente por debajo de Fernando Alonso en calidad, es muy capaz de sacar mucho de un coche y podría muy bien aportar una muy buena cantidad de puntos al equipo en el caso de que fuera la elección.
Por otro lado, tendríamos a Kevin Magnussen, un piloto danés de fuerte proyección en el futuro y que podría muy bien ser la apuesta de la escudería para los años en los que Fernando Alonso se retire. Tiene 12 años menos que su compañero y eso le coloca en una posición excelente para aprender del mejor y en un futuro llegar a ser una gran baza de los británicos para liderar al equipo en el caso de que llegue a explotar como piloto.
Tiene madera pero dejaría a Fernando Alonso como punta de lanza del equipo y dificultaría que un coche que no fuera el mejor acabara en el primer puesto en el mundial de constructores, ya que ahora mismo no es un piloto que pueda exprimir al máximo un monoplaza como hace el asturiano o como se acerca mucho a hacer el británico.
Muchos se preguntan cuál será la decisión final de los grandes jefes en la escudería británica. Pero algo tienen ya muy claros todos los que entienden de esto, la apuesta es muy seria. El mejor piloto del mundo junto a uno de los mejores conductores de la parrilla o junto a una de las jóvenes promesas del campeonato son palabras muy dulces para oír por las noches en Woking.