Ya hay final para la presente edición del Mundial de Clubes y es que, ayer con la victoria del San Lorenzo de Almagro frente Auckland City, se producirá lo que casi todos esperábamos, una final entre el equipo argentino y el equipo español, el R. Madrid, que consiguió su pase el martes, al golear al Cruz Azul mexicano.
Pero, aunque han terminado imponiéndose los equipos favoritos, ayer el San Lorenzo no lo tuvo nada fácil, es más, el partido tuvo que llegar a la prórroga. Y es que, ayer el favorito parecía el equipo neozelandés.
El partido empezó y la primera ocasión sería para el Auckland.
Realmente, poco más hubo en el primer tiempo, pues el equipo entrenado por el español Ramón Tribulietx, salió al campo con los deberes hechos y no mostró ninguna debilidad atrás, fruto de un gran posicionamiento de los jugadores sobre el césped y una coordinación digna de un Valet. Y es que el equipo neozelandés, en su conjunto, se mostró impenetrable durante los 45 minutos reglamentarios de la primera parte, y digo solo los reglamentarios, porque en el tiempo añadido del primer tiempo, por falta de fuerzas o por acierto de los argentinos, el San Lorenzo consiguió adelantarse en el marcador en un bello remate de bolea de Pablo Barrientos, que culminó así una buena jugada por banda izquierda.
Con este gol se llegó al descanso con ventaja para los "cuervos".
En la segunda parte el partido cambiaría, y es que el Auckland se había quitado la piel de cordero y sacó las garras de lobo para atacar por bandas y presionar con mayor fiereza. Y finalmente consiguió cazar. Fue por medio de un defensa, el español Berlanga, que en el minuto 68 consiguió culminar una buena jugada a la contra, con un remate sin ángulo a puerta vacía, remate nada fácil, ya que el balón estaba a pocos centímetros de la línea de fondo.
El estadio, que en su mayoría apoyaba al San Lorenzo de Almagro quedó un poco enmudecido, la tensión se palpaba en la grada y en el banquillo argentino, mientras que los neozelandeses empezaban a creérselo.
El partido llegó a la prórroga, aunque antes hubo dos buenas ocasiones, una para cada equipo. En la prórroga, el equipo argentino lo intentó más y se mostró mejor físicamente y en el minuto 98 en un balón colgado, sin aparente peligro, Mato sacó petróleo y consiguió el gol de la victoria.
Finalmente, se impuso el favorito en un partido en el que no demostró esa condición, pues el Auckland pudo haberse llevado la eliminatoria sin ningún problema. No obstante, el San Lorenzo de Almagro deberá mejorar si quiere ganar este torneo, ya que en la final le espera el que posiblemente sea el mejor equipo en la actualidad.