Los San Antonio Spurs son ahora mismo uno de los equipos más solventes de la Conferencia Oeste. Llevan 13 victorias por solo 4 derrotas, que además se produjeron en su mayoría al principio de la temporada, cuando el equipo aún estaba empezando a asentar las sinergias que con el tiempo han llevado al equipo a la posición actual, muy fuerte con respecto a otros equipos. Los Philadephia Seventy Sixers, por el contrario, son con mucha diferencia el peor equipo del campeonato, pues llevan 17 derrotas en 17 partidos, un récord negativo que les coloca muy cerca del peor arranque de la historia de la liga.
Esto presagia un partido en el que muy pocas oportunidades tenían los locales.
El primer cuarto estuvo dominado en diferentes momentos del tiempo reglamentario por dos jugadores distintos del mismo equipo, los San Antonio Spurs. La primera parte del cuarto tuvo por principal protagonista a Kawhi Leonard, alero del equipo que marcó 7 de los primeros 15 puntos de su equipo. En el final del cuarto, por el contrario, la batuta pasó a las manos de Manu Ginobili, que marcó 8 de los últimos 9 puntos de su equipo, que acabó con un marcador de 20 a 27 a su favor. Los Philadephia Seventy Sixers nada pudieron hacer salvo mirar cómo se les volvía a ir de las manos un partido más.
El segundo cuarto siguió con el mismo patrón, los jugadores del estado de la estrella solitaria dominando claramente el partido mientras sus rivales miraban y aprendían lo que se puede lograr con habilidad y un equipo conjuntado y sólido.
El cuarto acabó en un claro 38 a 26 que dejaba la distancia total entre ambos equipos en los 15 puntos.
La segunda mitad fue un escenario muy distinto, el entrenador de los San Antonio Spurs decidió empezar a dosificar a sus mejores, y en este momento más veteranos, jugadores para otros partidos y los Philadephia Seventy Sixers lograron acercarse tímidamente en el marcador; sin embargo, los texanos no dejaron que la sangre llegara al río y aunque cedieron 9 puntos entre ambos cuartos se guardaron muy bien los últimos 6. Un partido fácil que los San Antonio Spurs ganaron por 109 a 103.