El equipo que forman actualmente los jugadores de Oklahoma City Thunder podría calificarse de un equipo en clara escalada por la clasificación de la Conferencia Oeste. Llevan 5 partidos seguidos ganando y ya empiezan a ser de nuevo el equipo que se esperaba que fueran cuando estuvieran juntos y en perfecta forma Russell WestBrook, Kevin Durant y Serge Ibaka. No hay que olvidar que son el equipo que el año anterior llegaron a las finales de conferencia y solo fueron derrotados por los San Antonio Spurs de Manu Ginobili, Tony Parker y Tim Duncan, a la postre ganadores del anillo.
Por el contrario los Minnesota Timberwolves son un equipo en claro descenso a raíz de la lesión de su base titular, el español Ricky Rubio. Este era el motor principal, y casi el único, del juego de unos Minnesota Timberwolves que estaban claramente destinados a estar entre los últimos lugares que daban acceso a la fase de playoffs de la Conferencia Oeste. Ahora mismo son un equipo sin nada que ofrecer sobre la cancha y menos ante un equipo que está llamado a pelear por las finales de la liga esta temporada.
El primer cuarto fue ya el inicio del fin para los chicos de Minneapolis. Los Oklahoma City Thunder salieron al campo con ganas de acabar el partido en cuanto fuera posible para guardar a sus estrellas para partidos en los que realmente sea necesario pelear de tu a tu con las grandes estrellas de este deporte.
En los primeros minutos ya dejaron claro en la cancha que la victoria sería una cuestión de tiempo y al final del primer cuarto ya estaban con un marcador de 39 a 21. Los Oklahoma City Thunder no solo habían logrado 18 puntos de ventaja a sus rivales, sino que incluso habían estado a punto de doblarles en el marcador. Matemáticamente no estaba nada decidido, pero ya nadie creía en la victoria de los Minnesota Timberwolves.
En el segundo cuarto los Oklahoma City Thunder salieron mucho más tranquilos y el partido discurrió por cauces mucho más habituales, aunque en parte fue a raíz de que los jugadores principales del equipo no salieron a exigirse tanto físicamente y eso se notó sobre la cancha. Al final 31 a 28 y ya 21 puntos de ventaja.
La segunda mitad fue más de los mismo.
Los Minnesota Timberwolves tratando de maquillar el resultado mientras los Oklahoma City Thunder se limitaban a guardar la ventaja y esperar a que la bocina les permitiera darse la ducha de rigor. Al final todo quedó en un 111 a 92 y ambos equipos se dieron la mano conscientes de que no había habido mucho partido.