Para para investigar la historia del arte marcial Chaiu Do Kwan, nombre coreano que significa 'Escuela del Camino Libre', no debemos retroceder miles de años en el tiempo ni viajar al otro lado del mundo sino que basta con conversar con su creador, el argentino Antonio Montenegro, quien en 1975 fundó este sistema de combate al que él mismo definió como “la poesía de la guerra”.


Inicialmente Chaiu Do Kwan fue una escuela de Sipalki, arte marcial de origen coreano pero, con el pasar del tiempo, tomó un rumbo propio. “Chaiu Do Kwan es un arte marcial cuyos principios técnicos se inspiran en el orden natural, o sea que en todo su desarrollo respeta los impulsos del instinto”, respondió Montenegro cuando se le preguntó qué es lo que distingue a este sistema.


Además, en relación a los valores que este arte marcial transmite, explicó que “es el reflejo de una época y un pueblo”. “La milenaria y maravillosa filosofía oriental expresada a través de liturgias combativas, al pasar por la fragua de mi inspiración se hace eco del alma nacional y popular, que es un alma incendiada de quimeras. Las únicas banderas del arte son las de la belleza y la libertad”, dijo.


Una novedad que llama la atención de quienes conocieron esta escuela años atrás es la realización de torneos competitivos, algo a lo que Montenegro se opuso por varias décadas pero en lo que ahora tuvo que ceder, para así lograr la unidad de este arte marcial pues muchos de sus discípulos, actualmente son maestros y sí aprueban los torneos.


El próximo torneo de Chaiu Do Kwan será el 31 de mayo en Tucumán y llevará el nombre 'Copa Néstor Kirchner'. Consultado acerca de los motivos de la elección de este nombre, el maestro respondió que es un homenaje a la figura de quien, según él, “encarnó el espíritu militante de esta época”, pero que no tendrá bajo ningún aspecto características propias de un acto político.


En numerosas ocasiones en el diálogo con el Montenegro, él hizo referencia a la poesía. “La poesía es inspiración y expresión, es profundidad, armonía, intensidad y vida”, expresó Montenegro, para luego agregar que todos estos son “aspectos insoslayables del Chaiu Do Kwan”. A pesar de esto, confesó que nunca ha leído un libro completo de poesías pues su relación con la poesía “es mediante una compulsiva eucaristía con la belleza y su búsqueda”.


Para terminar, Montenegro, quien asegura vivir el arte marcial apasionadamente lo que hace que “cada instante de su vida sea un estallido de soles en su alma y corazón”, se despidió soñando en voz alta sobre el futuro de su creación: “dentro de cuarenta, cien o de mil años, me imagino un Chaiu Do Kwan unido y en equilibrio. Esto significa que el sentido del arte no lo aleje del deporte y que tampoco la 'deportivización' lo aleje de la búsqueda de la belleza y la libertad”.