Lograr buenos resultados y tener una actuación destacada ayuda en todo sentido a cualquier deportista para seguir creciendo y ser valorado por la opinión pública. Federico Molinari es quien llegó a una final en un juego olímpico en gimnasia artística en la especialidad de anillas, en Londres hace tres años. Consciente que hubo un antes y un después en su carrera por aquella gesta lograda, el rosarino siguió el mismo camino de trabajo, esfuerzo, sacrificio, perseverancia y entrenamiento. Después de aparecer su nombre y apellido en los medios masivos de comunicación, como nunca le había pasado en su vida, el finalista olímpico cosechó excelentes resultados en este tiempo.

Hasta posibilitó un cierto auge en su disciplina, que permitió adquirir mayor popularidad y masividad en un deporte totalmente ausente en nuestro país.

Con 31 años, Molinari está en el mejor momento de su carrera y con muchos objetivos y perspectivas a la vista en corto plazo. Una temporada con varios compromisos y desafíos importantes por asumir, como las tres copas del mundo que disputará. La primera de ellas, en San Pablo, Brasil; luego vendrán los panamericanos en julio. A fin de año es el turno del mundial, evento trascendental ya que el mejor rankeado en ese certamen jugará el preolímpico que es clasificatorio para los juegos olímpicos de Río de Janeiro del año próximo.

Por otra parte, el gimnasta argentino tuvo la gran oportunidad de mostrar su faceta artística en los escenarios.

Participó de la obra 'Stravaganza' de Flavio Mendoza, en el que demostró sus cualidades técnicas y sus verdaderas condiciones con una destreza descomunal. Brilló ante los ojos del público aprovechando la chance que le dieron de mostrarse en el teatro, más allá de ciertas críticas recibidas por mezclar lo deportivo con lo artístico y teatral.

"Nunca imaginé que podría lograr esta popularidad en la gimnasia. Antes notaba que se sabía poco y hoy charlo con mucha gente que conoce más. Creo que la llevé a otro grupo de gente, que no tiene nada que ver con el deporte y eso sirve para que más chicos se animen a practicarla, no sólo en la escuela", explicó Federico, haciendo referencia a todo lo hecho desde aquella final en Londres logrando una mayor difusión de su disciplina.

Por último, cabe resaltar toda la ayuda que le dará a su club en San Jorge, la ciudad donde se crió, mediante su sponsor, Weber Saint Gobain, que permitirá agrandar el gimnasio donde practicaba de pequeño, colocar mas aparatos y tener más comodidades para los chicos que practican gimnasia artística.

Un gran deportista y un gran ser humano demostrando que en la vida nada es imposible. Solo hay que ir en busca del éxito y la gloria.