El Club Atlético Boca Juniors había anticipado que el 12 de mayo se pondrían en venta las entradas para aquellos socios que no tienen platea y concurren habitualmente a la bandeja popular. Desde las seis de la mañana, en diferentes puntos del país, se formaron largas colas de hinchas xeneizes esperando que los Pago Fácil abrieran sus puertas y así poder comprar sus entradas para concurrir el jueves a la Bombonera para ver el partido contra River por la vuelta de los octavos de final de la Copa Libertadores.
Como suele ocurrir, a las dos horas no había más entradas y el club emitió un comunicado a las 9:59 diciendo que las populares se habían agotado.
El problema consistió en que no todas las sucursales de Pago Fácil abren en el mismo horario, lo que generó que varios locales no tuvieran la oportunidad de vender siquiera una entrada.
Muchos hinchas que pagan su cuota al día quedaron fuera de este partido trascendental de la Copa Libertadores y estallaron de furia. Algunos simpatizantes decidieron ir al estadio a reclamar por su adicional esperando una respuesta que los tranquilizara.
Se calcula que unas 250 personas ingresaron al estadio por la puerta número tres para realizar su descargo. En un principio tuvo que intervenir gendarmería y luego, desde el club, se comprometieron a anotar a todos los hinchas en una lista con sus respectivos datos para luego llamarlos y comunicarles si finalmente podrán ingresar al estadio o no.
Esto suena ridículo ya que la capacidad de la cancha no lo permite.
Uno de los que estuvo haciendo la fila para conseguir su entrada fue Blas Giunta, dato llamativo ya que fue un jugador importante para el club y también muy querido por los hinchas xeneizes. Esto demuestra que hay cosas que no se están haciendo bien en la institución, desde el ingreso a los partidos hasta el trato que se tiene con jugadores emblema del club.
Cabe recordar que la dirigencia actual tuvo conflictos con dos símbolos de Boca: con Carlos Bianchi, que fue despedido de manera desprolija, y con Juan Román Riquelme, a quien Daniel Angelici, presidente del club, decidió no renovarle el contrato y el diez terminó partiendo hacia Argentinos Juniors.