Ayer, durante el partido del Superclásico Boca-River, ocurrió un hecho de violencia que provocó la suspensión del mismo. Minutos antes del segundo tiempo, un grupo de personas, que aún no han sido identificadas, habrían colocado una sustancia química(gas pimienta) dentro de la turbina de la manga por la que transitaban los jugadores de River.
A raíz de este hecho, seis jugadores de River, entre ellos Funesmori, Vangioni, Ponzio y Gonzalo Martinez, fueron afectados por el gas tóxico, que les provocó lesiones de quemaduras de primer grado en el rostro y espalda.
Inmediatamente fueron auxiliados por su director técnico, entrenador, equipo médico local y de la Commegol.
Luego de setenta minutos de incertidumbre, fue suspendido el partido e inmediatamente se procedió al desalojo de las cincuenta mil personas que se encontraban en las plateas del estadio. Minutos después, los fiscales se presentaron para efectuar las medidas pertinentes de resguardo de prueba para determinar como se produjo el hecho delictivo.
Esta tarde, en el programa de Nelson Castro por TN, fue entrevistado el periodista Enrique Macaya Marquez, para dar su opinión sobre lo acontecido durante el superclásico, quién afirmó que: "llegamos a esto porque hay un conflicto social". Con ello quiere decir que al haber problemas en el ámbito social repercute como efecto negativo dentro de la pasión futbolera.
A su vez, Marquez dijo que el Fútbol fue creciendo y hoy es un gran negocio, debido a los costos que genera para los clubes realizar un partido sobre todo cuando se trata de un superclásico como Boca-River.
Por otro lado, las primeras pericias judiciales establecen que la manga se encontraba agrietada y que había en el interior una sustancia química de color naranja.
A su vez, también se constato que el Cabo de la División Especial de Infantería, Adolfo Rodriguez, y el Oficial Jonatan Suarez, fueron los primeros en acudir a la manga para resguardar a los jugadores de River.
Por el momento, el estadio de Boca permanece clausurado preventivamente. Un dato interesante a destacar es que el fiscal general de la Ciudad de Buenos Aires, Martín Ocampo, denunció que ayer ordenó secuestrar la manga pero la orden no fue acatada.