La camada de Lionel Messi, Sergio Agüero, Sergio Romero, Lucas Biglia y otros tantos nombres que conforman el mismo plantel de la selección mayor desde el 2011, mantienen al seleccionado nacional en el más alto nivel competitivo.

Luego de llegar a la final del mundial Brasil 2014, ahora consiguieron disputar el partido decisivo del torneo más importante de la Confederación Sudamericana de Fútbol, esperando en la final al anfitrión Chile.

Desde el ciclo Sabella al presente de Martino, desde la solidez al desequilibrio, los once elegidos por ambos entrenadores no variaron demasiado en cuanto a nombres propios pero si hubo una diferencia importante en estilos de juego, sin que esto modifique el destino de jugar finales.

En la etapa del ex entrenador de Estudiantes, la idea principal era priorizar la parte defensiva del conjunto, por eso armó el equipo de atrás hacía adelante y buscó hacerse fuerte en defensa con una línea cuatro, luego del fallido intento con tres defensores y dos laterales volantes.

Esta última línea, incluido el arquero Romero, es muy similar a la actual defensa, con una sola modificación: la titularidad de Nicolás Ottamendi por Martín Demichelis o Federico Fernández, no convocado a Chile.

La mayor diferencia de ambas etapas quedó plasmada de mitad de cancha hacía adelante. Desde los nombres parece no haber mayores diferencias pero si desde la idea.

A diferencia del ex entrenador de Newell´s, Sabella no tenía una clara vocación ofensiva, ya que no intentaba avasallar al rival en ataque y tampoco le imponía la vertiginosidad que el actual equipo del "Tata" pregona.

En contraste, Sabella jugaba con Di María u otro media punta volcado al costado izquierdo del mediocampo y Martino lo utiliza de puntero, más adelantado, buscando pisar constantemente el área junto a Messi y Agüero.

La posesión es la mejor defensa de la selección en la Copa América, para eso el "Tata" incluyó a Javier Pastore en la conducción, que no fue convocado al último mundial, encontrando en el jugador del PSG al socio que necesitaba Messi para que gravite en los metros definitorios.

Más allá de gustos y preferencias, queda en manifiesto que para conseguir estar en la cima mundial no hay un solo orden táctico ni una formación que lo asegure. Las ideas del entrenador y el convencimiento de los jugadores son los que van a triunfar bajo cualquier sistema si son bien plasmados en el verde césped.

Esta selección, que comenzó con Sabella y continúa con Martino, es la que le devolvió a la Argentina el prestigio olvidado en estos últimos y largos 22 años, con las dos finales más importantes que puede alcanzar, aunque sin títulos, por ahora…