Sabemos que la violencia en el Fútbol es un fenómeno frecuente y el fútbol sudamericano no está exento de esta problemática que se mantiene latente desde hace mucho tiempo y no encuentra solución. Por su complejidad, los hechos de violencia pueden ser analizados desde diferentes puntos de vista teniendo en cuenta que dentro de una gran cantidad de factores que dan pie a estas situaciones están el dinero, la política y el actuar de personas que no hacen más que descargar los problemas domésticos en un acontecimiento deportivo.

En momentos en los cuales es cada vez es más habitual que este tipo de espectáculos se vean distorsionados por los sucesos violentos, los hechos acontecidos en la previa del partido entre West Ham y Manchester United, correspondiente a la Jornada 35 de la Premier League, no escapan de la cuestión.

Fanáticos de los 'Martilleros' desbordaron las inmediaciones del estadio Boleyn Grown y apedrearon el micro de la delegación visitante con piedras y botellas de cristal en el marco de un lamentable suceso que ha sorprendido a propios y extraños por la feroz reacción de violencia en un país en donde no suelen ocurrir este tipo de situaciones.

Un precedente interesante de analizar es lo sucedido en el Reino Unido, a fines de los '80 y principios de los '90 cuando se implementaron medidas para poner fin a los estragos causados por los "hooligans", los barra bravas en versión inglesa que eran protagonistas por los desmanes, varios de los cuales motivaron a la suspensión de los clubes ingleses en competencias europeas.

Ante este panorama, el gobierno británico inició un proceso de cambios en materia de seguridad deportiva, la cual tuvo su punto de inflexión con tragedia de Hillsborough en 1989, cuando en ocasión del cruce de semifinales de la Copa F.A entre Liverpool y el Nottingham Forest murieron 96 personas producto de una aglomeración en una de las gradas.

Las medidas adoptadas en Inglaterra se basaron en varios puntos: poner fin a las escenas de violencia en todos los colegios, se prohibió el ingreso a los estadios a los hinchas violentos con penas efectivas de cárcel, nacieron grupos elite de la policía especializados en combatir "hooligans", los clubes formaron grupos de logística con el objetivo fue disminuir paulatinamente la presencia de uniformados en los estadios, se colocaron sillas en todas las tribunas para ayudar en la tarea de identificación de los espectadores y se utilizó la tecnología para crear circuitos cerrados de televisión y cámaras en lugares claves del estadio.

Volviendo la presente, el triunfo del equipo local por 3-2, resultado que aleja a los "Diablos Rojos" de la posibilidad de disputar la próxima Liga de Campeones, ha quedado en segundo plano luego este hecho vandálico que ocurrió a falta de una hora y media para el inicio del encuentro. El ataque, que dejó dos heridos, fue rápidamente repelido por la Policía Metropolitana de Londres que logró sacar el micro de la multitud en medio de un enfrentamiento cuerpo a cuerpo con algunos simpatizantes.

Pese a que el vicepresidente del West Ham, David Sullivan halla negado en declaraciones a la BBC que el vehículo fuese atacado, en Inglaterra no hubo contemplaciones a la hora de tomar cartas en el asunto.

West Ham United anunció que suspenderá de por vida a los hinchas que generaron los incidentes en las afueras del Boleyn Grown Stadium. El club de la ciudad de Londres fundado en 1895 y que posee una de las hinchadas más peligrosas, se sumará al accionar de la policía con el propósito de identificar a los responsables.