El Real Madrid y el Barcelona se enfrentarán por primera vez en Estados Unidos en el contexto de un certamen amistoso llamado International Champion Cup. Será el 29 de julio en Miami. Es la segunda vez en la historia que el superclásico español se juega fuera de España, ya que una vez se disputó en Venezuela. Como se juega en territorio estadounidense, la idea despierta fascinación y rechazo en partes iguales. Muchos están contentos que un partido de ese nivel llegue a ese país, donde el Fútbol tiene otro nombre: soccer. Otros están furiosos porque allí es más importante el fútbol americano o el béisbol.

Alegría

El partido se jugará en el Hard Rock Stadium de Miami, con capacidad para 65 mil personas. Las entradas ya están agotadas y su precio iba desde los 400 hasta los 4500 dólares. Miami es la ciudad latina por excelencia de los Estados Unidos, allí saben perfectamente quién es Lionel Messi (29) o Cristiano Ronaldo (32). Hace muchos años que en ese país quiere que este deporte sea popular allí, pero aún no lo han logrado. Muchos miran al fútbol (o soccer) despectivamente, siendo más popular entre las mujeres. Estados Unidos quiere organizar el mundial 2026, junto con México y Canadá.

Show

Al mejor estilo Superbowl, los norteamericanos organizarán un show en el entretiempo del partido, cuya estrella será Marc Anthony (48).

Los organizadores quieren que la performance sea tan espectacular como las que se ven en la final del fútbol americano. El ex marido de Jennifer Lopez (47) se siente honrado de ser elegido para ese magno evento. Muchos catalogan este superclásico como 'falso' y que se hace exclusivamente por dinero y no por un ideal deportivo.

Otros lo ven como una buena oportunidad para que el fútbol se expanda en ese país.

Estados Unidos ya tiene sus deportes favoritos los cuales son el fútbol americano, el béisbol, el hockey sobre hielo y el automovilismo (NASCAR). El fútbol o soccer no está bien visto porque en un principio quienes practicaban ese juego eran inmigrantes mexicanos pobres.

Los norteamericanos sienten que sus deportes favoritos los representan muy bien. Por esa razón es difícil que ese juego se vuelva habitual en esa nación. Como es rechazado, muchos están disconformes con haber elegido ese país para jugar el superclásico.

Los organizadores quieren revertir esa circunstancia y lograr que el fútbol sea popular y respetado en Estados Unidos.