Sobre todo en esta época de crisis mundial, muchos son los solicitantes de empleo que esperan ansiosos recibir una llamada telefónica con una oferta de trabajo. Sin embargo, son muy pocos los que esperan tener la posibilidad de una negociación salarial. Junto con la llamada viene la oferta y "es lo que hay". Los empleadores saben y conocen perfectamente bien su negocio y desarrollan formas de operar que, -con o sin intención- desalientan a los interesados a conseguir, o siquiera buscar, una mejor remuneración.

La conocida escritora de Ask a Manager Blog, Alison Green, sitio donde da consejos sobre cuestiones de carreras, búsqueda y administración de trabajos, y autora del libro "How to Get a Job: Secrets of a Hiring Manager" ("Cómo conseguir Trabajo: Secretos de un responsable de contratación"), menciona tres cosas que los empleadores hacen con las condiciones de contratación, que provocan que los candidatos se amilanen.

1. No dan una apertura evidente para negociar. Sobre todo con los "novatos" no hay opción, sólo existe una oferta y no tienen "oportunidad" para negociar; por ello terminan aceptando la primera propuesta del contratante, aunque no les convenza del todo. Y si lo intentan, la entrevista termina.

La experta recomienda decir algo así como: "Estoy muy interesado en el trabajo, pero tenía la esperanza de que con el sueldo pudiera ser algo más cercano a $x".

2. Preguntan sobre nuestras expectativas económicas (atándonos de alguna manera). Los responsables de la contratación a menudo suelen requerir acerca de nuestras pretensiones salariales antes de invitarnos a una entrevista, es decir, antes de que hayamos tenido la posibilidad de saber bien en qué consiste el trabajo que ofrecerán.

Y muchas veces, con la idea de no parecer demasiado ambiciosos, nos autosaboteamos pidiendo una remuneración menor a la que en realidad deseábamos.

La experta aconseja que, si después de la reunión y de comprender en qué consiste el trabajo, se considera que el sueldo solicitado en ese primer acercamiento es bajo, comparado con las responsabilidades que se tendrán, es justo y razonable decir: "Después de haber aprendido más acerca de las responsabilidades de gestión del empleo, creo que el sueldo puede ser mayor, quizá $x".

3. Basan su oferta de acuerdo a sueldos anteriores. Las propuestas salariales no deben estar vinculadas a nuestro historial de sueldo. Una nueva empresa debe ofrecer un haber de acuerdo a las necesidades del nuevo trabajo. No obstante, es muy común que los empleadores pidan nuestra historia salarial y justifiquen su ofrecimiento en esa variable, haciendo un pequeño incremento para dejarnos contentos.

La experta recomienda que evitemos dar nuestro historial completo de salario, a menos que sea un requisito indispensable para avanzar en el proceso, no sin antes decir: "No creo que mi sueldo pasado tenga que influir en las decisiones salariales que ustedes tomarán de acuerdo a mis capacidades, habilidades y experiencia; de hecho para crecer es que estoy buscando una nueva oportunidad. Estoy buscando un salario en el rango de $x".

Green dice que su experiencia le ha confirmado una y otra vez que las personas que "se tiran" para que las contraten tienen menos posibilidades que quienes llegan exigiendo lo que merecen. Al final, lo que buscan los responsables de contratación son personas capaces de tomar decisiones y enfrentarse a los más "grandes" para sacar adelante el puesto, las responsabilidades y la empresa.