Si bien es cierto el crecimiento de los plazos fijos, las cajas de ahorro crecen (35%)  por encima de estos. Tiene que ver con la pequeña baja de tasas de interés (1,5%), por lo cual el plazo fijo rinde menos, y con la mayor emisión de billetes llevado adelante por el Banco Central de la República Argentina (BCRA) en lo que va del año (31%).

Pero además, se relaciona con una mayor incertidumbre en los meses preelectorales, eso motiva la decisión de tener el dinero líquido, en vez de hacer inversiones, aunque sea de corto plazo. Entonces, muchos ahorristas ven como posible una mayor devaluación o algún tipo de sobresaltos en los mercados en los próximos meses, por lo cual se mantienen cautos.

La mayor cantidad de dinero sin invertir, mas aún el que está afuera del sistema financiero, puede terminar yendo a la compra del dólar ilegal.  

Por el momento, ninguna medida aparece a la vista para revertir esto. Descartando la posibilidad de bajar la emisión monetaria, o de subir (o por lo menos dejar de bajar) las tasas de interés. En época de elecciones, al gobierno le interesa que haya mayor dinero en circulación, para que el consumo haga que la economía repunte. Menos aún, si se toma en cuenta que los indices de consumo no muestran una significativa recuperación. Es que la economía entró en recesión luego de la devaluación llevada a cabo en enero pasado.

A pesar de todo esto, la expectativa devaluatoria en los mercados, está muy por debajo que hace unos meses.

Es cierto que el "Dólar a 20 mangos a fin de año" fue una exageración de economistas liberales como José Luis Espert y Martín Tetaz. Pero también es cierto que a principio de año se consideraba que el dólar terminaría por encima de los 12 pesos, y hoy se calcula por debajo de los 10 pesos. Puntualmente, en la bolsa de Nueva York, los contratos en pesos para fin de año, se calcula el dólar a 9,70. 

De todas formas, la constitución de plazos fijos sigue creciendo notablemente (35% anual), sobre todo desde octubre del año pasado, cuando asumió Alejandro Vanoli como presidente del BCRA, cuando se dispuso una suba de 500 puntos básicos (5%) en las tasas de interés.