Faltan muy poco tiempo para comenzar a sentir el calorestival. Cambia el calendario, cambia la moda y se modifican también ciertascuestiones de la rutina diaria, como puede ser la alimentación. Además de que los hábitos invernales se transforman,el arribo del verano acerca la preocupación por la inminente exposición delcuerpo. Por ello, para lograr que el cambio de temperatura no impactenegativamente en la conducta y el cuerpo, estas dos circunstancias debieran seratendidas desde ahora.
Actividad física. Varias disciplinas médicas –desde lapsicología hasta la traumatología –aseguran que realizar con frecuenciaejercicio físico beneficia a la Salud integral, incluida la emocional.Encontrarse con un cuerpo tonificado y esbelto para el verano no es elresultado de dos semanas de gimnasio, sino de un hábito que se sostiene en eltiempo.
Si hay algunos kilos de más o falta de tonicidad en los músculos, es elmomento de comenzar a mover el cuerpo, hacerlo quince días antes de ponerse eltraje de baño no tendrá los efectos deseados. El otro consejo, es buscaractividades físicas placenteras para uno, eso hará que se pueda adquirir comorutina y no abandonar al finalizar el calor.
Nutrición. El invierno, producto de las bajas temperaturas,provee de un menú rico en calorías, -sobre todo los carbohidratos de lasharinas y las grasas de chocolates y panificados-. Y lo cierto, es que no soloengordan, sino que más importantetodavía es que no son saludables para el organismo. La actividad física,además, debe ser complementada con una alimentación equilibrada.
Es momento, entonces,de incorporar a la dieta frutas, verduras, cereales y lácteos. Otra cuestiónrelevante es la hidratación: el frío hace que no se tenga sed y por lo tanto nose consuma la cantidad de agua necesaria (2 litros por día). Hay queacostumbrarse a llevar una cantimplora o botella con agua a todos lados.
Cuidado corporal.
Finalmente, la belleza del cuerpo. Lacalefacción artificial del hogar, el duro frío de la calle, la dieta, tododesemboca en una piel reseca, cabello graso o quebradizo, descamación. Si se desea llegar al verano en estado óptimo, entonces hayque atender desde ahora a las señales del cuerpo. Es fundamental realizarlimpiezas profundas e hidratación de la piel, no solo de la cara, las piernastambién suelen verse afectadas por la resequedad producto de la depilación ypantalones o medias ajustados.
Aumentar el consumo de agua será la mejormanera de hidratarse, tanto por dentro como por fuera, de manera paulatina seobservan notables diferencias en aquellas personas que consumen dos litros aldía: piel más suave y flexible, y de mejor aspecto. Con el calor también se hacenmás evidentes los efectos nocivos del sol. Sin embargo, estos efectos estándurante todo el año. Es por ello que se recomienda usar siempre cremas conprotección solar, sin importar la época. Finalmente, atención al cabello que serápróximamente maltratado por el sol, el agua de mar o el cloro de las piletas.
Hay que desterrar la idea del “cuidado corporal portemporada”. Si se logra mantener en el tiempo estos hábitos saludables, no setendrá que enfrentar al pánico del espejo, la balanza y el médico, y no habráangustia ni situaciones de estrés porque el short no entra.