Muchos de lasactuales usuarios de telefonía móvil ni siquiera recuerdan a sus antepasadosrecientes, esos teléfonos que solo servían para entablar una comunicación tradicional.Nada de redes ni de hiperconectividad, por aquel entonces los móviles teníanfunciones más limitadas. Con el avance vertiginoso de la tecnología, esos ‘rudimentariosaparatos’ fueron sustituidos por otros, los actualmente llamados teléfonos inteligenteso smartphones, siendo una gran partede ellos de pantalla táctil, lo que, por otra parte, ha obligado a los usuariosa desarrollar otro tipo de competencias motoras.
Tanta transformación social e individual no podía dejar al cerebrointacto, incluso la pantalla touch tambiénlo ha logrado según informan neurocientíficos.
Los resultadosdel estudio desarrollado por expertos de la Universidadde Zúrich (Alemania), demostraron, una vez más, la plasticidad del cerebrohumano para adaptase a los cambios sociales, en este caso, tecnológico. Según elcientífico especializado en las funciones cerebrales, el profesor Arko Ghsosh,las personas tuvieron que modificar sus competencias motoras para poder haceruso de teléfonos con pantalla táctil, dando prioridad al movimiento de lospulgares. Como correlación de ello, el cerebro también sufrió una transformaciónque fue evidenciada en electroencefalogramas realizados a 37 personas.
Durante elexamen, los expertos pudieron comprobar que las áreas del cerebro comprometidasen el movimiento de los dedos implicados, mostraban mayor actividad eléctricade lo que ocurre en un cerebro que no estuvo expuesto a este tipo de ejercicioperiódico.
Con estosresultados alcanzados por el ámbito de la neurociencia, se continúan explorandolas potencialidades que guarda el cerebro del hombre para sorpresa de laciencia.
En este sentido, el concepto de adaptabilidad parece extendersemucho más allá de las zonas geográficas, los procesos culturales, lascoyunturas políticas, sociales e individuales. Desde el comienzo de lahumanidad, el hombre ha tenido que mutar para poder sobrevivir, física ymentalmente. En esta ocasión no se trata de una cuestión de vida o muerte, perosí es significativo encontrar los efectos de la inteligencia humana en supropia cuna. Una paradoja que exhibe la historia del hombre: lo que crea, además lo modifica.