Holly se hace con el título de: "mejor amigo del hombre". Esta gatita de Florida, EE.UU, perdida en Daytona, no dudó en caminar la friolera de trescientos kilómetros en busca de sus dueños, Jack y Bonnie. El pasado mes de noviembre, los Richter, acompañados de su gata, Holly, salieron de su casa en Palm Beach, Florida, con destino a Daytona, a 300 km de su residencia habitual.

Una vez allí, todo se torció cuando Holly, tremendamente asustada por el ruido de la detonación de fuegos de artificio, huyó de la caravana de los Ritcher. Pasadas unas cuantas horas, y ante la imposibilidad de localizar al animal, decidieron pedir ayuda y lo pusieron en conocimiento de la policía local.

Nada de lo que hicieron les permitió encontrar a Holly. Cargados de resignación y una profunda tristeza, regresaron a su casa. De seguro que, el animal, estuviera donde estuviera, sentiría la misma emoción amén de un tremendo desconcierto.

Sin embargo, la gata no se dio por vencida y se aprestó a la gran aventura de volver a Palm Beach, guiada tan solo por el cariño hacia sus dueños, sin brújula, pero con un propio y perfecto sentido de orientación. Si Holly pudiera hablar, sin duda, nos contaría las penurias a las que se había tenido que enfrentar durante los más de los dos meses que le llevó recorrer trescientos kilómetros hasta llegar a su hogar. Algo que, tan solo, podríamos levemente imaginar.

Casi lo había conseguido. Tan solo le restaban por recorrer los 2 mil metros que le separaban de la casa de los Richter, pero, la víspera de Año Nuevo, cayó rendida en el jardín de Barb Mazzola, una amable vecina. La encontraron tendida en el suelo, débil y delgada en extremo, con síntomas de deshidratación y grandes dificultades para caminar.

Sus uñas habían sufrido un profundo desgaste, sobre todo las traseras que casi habían desaparecido, y sus almohadillas no dejaban de sangrar.

Tanto científicos como veterinarios, conocedores del caso, pusieron en duda que se tratara del mismo animal. Para ellos, resultaba casi imposible que Holly lo hubiera conseguido. Gracias al microchip implantado en la gata, toda duda quedó resuelta. Para los Richter y Holly, las navidades serán siempre una fecha a recordar y más de una copa se levantará ofreciendo un brindis por esta gata emotiva, valiente y aventurera.