Los soldados del ejército militar de Bolivia comenzaron con las actividades de producción y horneado de pan, para contrarrestar la falta de ese alimento básico, generada a causa de una huelga del gremio de panaderos. La medida se produjo en reclamo por el retiro del subsidio estatal a la harina, que el Gobierno de ese país retiró y podría alcanzar al resto de las ciudades en el día de hoy.
En este sentido, Reymi Ferreira, ministro de Defensa boliviano, indicó que se incrementará a tres turnos la elaboración del alimento, 'en los hornos de siete unidades militares de las ciudades vecinas de La Paz y El Alto para producir hasta 210 mil unidades de pan cada día'.
Ferreira expresó también que la actividad se llevará a cabo durante todo el tiempo que sea necesario, mientras el sector de panaderos continúe con la medida de protesta. A los efectos, explicó que van a inspeccionar 'todas las unidades militares para ver los requerimientos inmediatos para triplicar la producción'.
El pan que fabrican los oficiales no es el conocido como 'pan batalla' o 'marraqueta', cuyo peso es de 60 gramos, aproximadamente, sino que se trata de unas masas planas, propias de los campamentos militares.
Las manufacturas que los soldados elaboran no alcanzan para cubrir la demanda y, desde el lunes, los ciudadanos de La Paz y El Alto hacen largas filas para conseguir una pequeña cantidad del producto.
El precio del pan que fabrica el ejército es de '0,05 centavos de dólar por unidad' y se vende en las entidades de 'la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos -Emapa, estatal-'. Este es el valor de mercado que el gobierno quiere sostener para las dos localidades afectadas por el Paro, hasta el momento.
En tanto, desde el sector de panaderos, los fabricantes solicitan que el valor del alimento ascienda a un equivalente de '0,07 centavos de dólar', ya que el Estado puso fin al 'subsidio a la harina'.
Desde el Poder Ejecutivo explicaron que el costo de 'la harina sin subvención' se ha mantenido estable desde hace diez años y, que 'existe una hoja de costos que demuestra la rentabilidad de la producción de pan sin que la materia prima esté subsidiada'.
Asimismo, Ferreira calificó al conflicto como 'artificial' e indicó: 'Hace dos años veíamos que la bolsa de 50 kilos costaba 300 bolivianos (43 dólares), pero bajó a la mitad prácticamente.
Entonces, no se justifica una subvención'.
No obstante, el dirigente destacó que el gobierno está dispuesto a tener 'un diálogo, franco, sincero y sin egoísmos' con la asociación de panaderos acerca del modo en que se podría 'incentivar la producción o mejorar los hornos'.