El presidente francés François Hollande convocó esta mañana una reunión de urgencia con un comité de Defensa, incluyendo a los ministros de las principales carteras -Defensa, Economía, Finanzas, Exteriores e Interior-, altos mandos del Ejército y personal responsable de los servicios de inteligencia, para debatir sobre la respuesta que el país galo dará al espionaje por parte de Estados Unidos que reveló el sitio Wikileaks ayer. Por otra parte, la Cancillería francesa convocó de urgencia a la embajadora norteamericana en Francia, Jane Hartley, para que dé explicaciones sobre el tema.
Según los documentos filtrados por Wikileaks y publicados ayer en los medios franceses 'Libération' y 'Médiapart', la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense (NSA, por sus siglas en inglés) ha estado espiando, al menos, a los tres últimos presidentes de Francia entre 2006 y 2012. Hollande, quien fue elegido en 2012 también llegó a ser víctima de las escuchas, al igual que sus predecesores Nicolas Sarkozy (2007-2012) y Jacques Chirac (1995-2007).
Los documentos filtrados por el sitio de Julian Assange, incluyen cinco informes en los que la NSA había recopilado información y registrado conversaciones de los presidentes franceses con sus principales asesores y otros jefes de Estado. Dicha información tenía como destino los servicios de inteligencia norteamericanos y países aliados de Estados Unidos, como Australia, Canadá, Nueva Zelanda y el Reino Unido.
El Gobierno francés calificó de "inaceptable" el espionaje de sus aliados.
Entre las conversaciones registradas se cuentan una de 2008 en la que el ya para ese entonces ex presidente Chirac pretendía colocar a una persona en un alto cargo de la ONU. Más reciente y con Hollande como víctima, las escuchas ponen al descubierto reuniones secretas del mandatario francés para tratar la crisis griega y la situación con la zona euro.
Pero lo más preocupante para el Palacio Eliseo, sede del gobierno francés, es una lista con los números de teléfono de los principales funcionarios y asesores franceses que la NSA tenía como blanco de espionaje.
Las escuchas, que tienen como más reciente antecedentes el espionaje estadounidense a la canciller alemana Angela Merkel, se dieron a conocer justamente un día antes de que el Parlamento galo debata una iniciativa de recolección de datos sin intervención judicial por parte de los servicios de inteligencia.