En el avión que lo llevó de regreso al Vaticano desde los Estados Unidos, el Papa Francisco habló, en respuesta a las preguntas de los periodistas, sobre las problemáticas que genera el divorcio. Dijo al respecto que, por ser un sacramento, el matrimonio es indisoluble y la Iglesia no tiene autoridad para modificar esta doctrina, tal como lo establece el Catecismo de la Iglesia Católica en su sección 1141.

De todas maneras, explicó que los requerimientos para la separación se han flexibilizado y, mediante ciertos procedimientos puede demostrarse que lo que parecía un sacramento, no lo era realmente, por motivos como ausencia de libertad o inmadurez, entre otros.

Mencionó, a modo de ejemplo, que cuando él era joven se hacían “matrimonios de apuro”, si una novia quedaba embarazada, aunque él, como ministro religioso, siempre los desaconsejó.

Reconoció Francisco que la Iglesia Católica brinda muy poca preparación a los fieles que se preparan para contraer matrimonio y dijo no entender cómo para ser cura se requieren tantos estudios mientras que para casarse sólo se realizan unos pocos cursos.

Sobre este tema se había ya expresado en numerosas ocasiones su antecesor, el Papa Emérito Benedicto XVI, quien, en 2009, ante obispos brasileros, había dicho que la ruptura del matrimonio tiene consecuencias sobre los hijos, cuyas vidas, suelen terminar arruinadas y se sienten huérfanos “no porque se hayan quedado sin padres, sino porque tienen demasiados”.

Cómo se solicita la nulidad matrimonial

Que los requerimientos para la separación se hayan flexibilizado no ha hecho que el proceso se convierta en algo simple. Según informa la agencia de noticias católicas Aciprensa, para lograr la nulidad, se requiere la presentación, con testigos, ante el Tribunal Diocesano del Matrimonio, que realizará un juicio al respecto para luego dar sentencia, que será verificada por otra corte y, finalmente, un obispo decidirá su aprobación o no. Este proceso tiene gastos de índole administrativo que deben ser abonados por la o las parte solicitante.