El Gobierno británico mantenía oculto un informe en el que se quiere aplicar un impuesto para el consumo de azúcar. El informe, que ahora ya ha salido a la luz, pretende acabar o reducir los casos de obesidad infantil en el Reino Unido y ya está dando mucho de qué hablar.
Alison Tedstone lo deja bien claro en su declaración a favor de la sugar tax, que es como se conoce este impuesto en el Reino Unido: "Toda la evidencia que tenemos demuestra que un impuesto sobre las bebidas azucaradasse traduce en una disminución de su consumo".
Se mantuvo en silencio y bien resguardado de la prensa para que nadie pudiera saber de él hasta el momento oportuno.
¿Cuándo ha sido ese momento? Precisamente lo han hecho salir al mismo tiempo que Jamie Oliver, uno de los chefs más prestigiosos a nivel mundial, ha empezado una campaña para reducir el consumo de azúcar. La campaña en concreto se llamaSugar Rushy el objetivo principal es que los niños tengan una alimentación más saludable.
Es más, el mismo chef ha defendido la nueva taxa del azúcar sobre bebidas refrescantes (una taxa del 20%) porque considera que es la bebida de elección de los más jóvenes y que está contribuyendo a aumentar el número de obesidad y problemas de diabetes tipo 2 en el Reino Unido por culpa de la gran cantidad de azúcar que contienen.
Oliver incluso llega a equiparar la publicidad de este tipo de bebidas refrescantes a la que se hizo sobre los años 70 hasta los 90 del tabaco.
Una forma abusiva y agresiva de querer captar clientes sin tener en cuenta la Salud de éstos. Las palabras del chef fueron duras y tildó de engañosas todas las campañas de marketing hechas en estos tipos de refrescos en los que, según Oliver, se lega a manipular la información para esconder el elevado porcentaje de azúcar que tienen.
Estas son las palabras del chef: "El impuesto del azúcar no sólo serviría para reducir el consumo de los productos dañinos para de nuestros hijos, sino que también pondría a las todopoderosas compañías en su sitio y en el nombre de la salud pública".
Y para ir más lejos, también cabe destacar la denuncia que el diario The Times hizo a este tipo de empresas a las que acusa directamente de haber estado pagando a expertos y médicos como Sense About Science para que escondieran la verdadera información del contenido en azúcar de sus bebidas.
Acusaciones sin duda con mucho poder y que pueden traer muchos problemas a grandes empresas, titanes empresariales difíciles de derrotar. Una batalla que podría parecer perdida en un principio pero que parece que poco a poco va ganando terreno para priorizar la salud ante los intereses económicos.
En este informe, ahora ya público, los británicos también hacen mención al tipo de publicidad que se haga de estos refrescos prohibiendo el uso de personajes famosos para promocionar sus bebidas, ni siquiera pueden usar muñecos ni logos conocidos que puedan hacer que la gente opte por su bebida sólo por una imagen conocida.
Y otra de las medidas del informe con las que se pretende reducir este consumo de bebidas es que los lugares en los que se pueden comprar no hagan ofertas especiales o reduzcan las promociones de estos productos.