El nuevo panorama político de apertura en la relación de Cuba con Estados Unidos, permitió que ayer ambos países celebraran la llegada del crucero estadounidense, Adonia, que partió desde Miami el domingo y arribó a La Habana este lunes, en medio de la emoción de los viajeros y del pueblo cubano.
En un día histórico, el barco ingresó a la isla caribeña pasadas las 9 de la mañana, convirtiéndose en el primer navío proveniente de Norteamérica con permiso para entrar a La Habana, tras 50 años. El ingreso regular del Adonia, fue posible debido a un cambio en las leyes de Cuba, haciendo realidad el sueño de varios ciudadanos exiliados que pudieron comprar libremente los pasajes y regresar a su país natal.
El emblemático buque fue recibido con banderas de Cuba y Estados Unidos, ante la mirada expectante de decenas de personas, que se congregaron en la ribera de la bahía habanera para presenciar su llegada.
En este sentido, Arnaldo Pérez, asesor legal de Carnival, él mismo originario de Cuba; relató que viajaban a bordo del crucero alrededor de 700 personas, de las cuales doce, tienen raíces natales cubanas. Pérez, también dijo estar “muy orgulloso” por esta nueva posibilidad de visitar la isla, ya que él se fue de Cuba cuando tenía tan sólo 9 meses (de edad) y ahora regresó junto a su hermana y su señora.
La gran distancia ideológica entre Cuba y Estados Unidos, desde 1959, cuando Fidel Castro triunfó con la revolución cubana; provocó el alejamiento durante décadas, de numerosas familias contrarias al sistema castrista, que marcharon dejando en el archipiélago a familiares que nunca han podido volver a ver.
En efecto, la llegada del crucero norteamericano a Cuba constituye un hito que quedará en la historia internacional, pero sin duda el rasgo principal será la marca que dejará en el corazón de cada cubano exiliado, que tendrá una oportunidad de volver a su país para reencontrarse con aquella tierra inolvidable; que en algún momento de sus vidas han dejando, con su identidad cultural y vínculos quizá irrecuperables a causa del paso de los años.
Entre los testimonios de los viajeros del Adonia, según La Capital, se destaca el de Mila Martín, una viajera que se marchó de Cuba cuando tenía 4 años y pudo regresar después de 46 años; “estoy muy emocionada y con mucho orgullo de estar aquí”, dijo la mujer entre sollozos. En particular, porque su padre había sido el único de la familia que volvió a Cuba; y ahora, acompañada de su marido, de origen español, podrá recuperar la cultura de sus ancestros.
A los efectos, la compañía de cruceros, Carnival, ofrece un servicio turístico pero con una perspectiva de ‘inmersión’ cultural, con lo cual no cuenta con casinos ni shows al estilo ‘Broadway’. La propuesta de viaje tiene una duración de dos semanas y, de acuerdo con las normas vigentes de Estados Unidos, los turistas deberán realizar actividades culturales durante ocho horas como mínimo.
Vale decir, que en Florida, principalmente en Miami, habita la mayor comunidad de exiliados cubanos, de los más de dos millones que suman en total.
En relación con las tarifas del Adonia, el precio base es de 2.990 dólares por pasajero y, si bien es elevado incluso para el salario de un ciudadano norteamericano; desde la empresa esperan una gran demanda para estos trayectos. En el caso de los ciudadanos cubanos, realizar un viaje en el crucero estadounidense, es económicamente más difícil aún, debido a que el sueldo promedio ronda los 20 dólares.