Está claro que en España la población no está con los que quieren recortar los derechos de la mujer respecto a su propio cuerpo. Desde hace muchos meses se están produciendo continuas manifestaciones en las que la población, pero especialmente las mujeres, están diciendo al gobierno de la nación que el cuerpo de una mujer es sagrado y no admite asaltos policiales ni secuestros por parte del estado.

En Europa existe de manera mayoritaria una concepción del aborto que llama a que la mujer pueda considerarse dueña absoluta de su cuerpo y, por tanto, no tenga que alegar ningún tipo de razón para tener derecho a realizar ningún tipo de intervención sobre él.

Si una mujer desea abortar debería ser libre de hacerlo, pues es ante todo un ente libre y propietario de su vida. Como ente supranacional, la Unión Europea trata de, con el paso de los años, llegar a todo tipo de convergencias que les acerque a, con el tiempo, llegar a ser algo parecido a una nación conjunta. Sin embargo el gobierno de España ha estado últimamente tratando de acercarse a otras legislaciones mucho más restrictivas y que la alejan de Europa.

Las asociaciones de mujeres han convertido este tema en una lucha personal, pues son sus derechos los que son puestos en discusión y los que en este momento están en riesgo. La primera batalla fue ganada hace unos días cuando la versión más conservadora de la ley fue abandonada por el Partido Popular, que ahora trata de introducir la mayor cantidad de puntos de dicha ley en la actual legislación sin que ello le cueste votos.

La lucha de las mujeres por sus derechos en España empieza a convertirse en un ejemplo internacional de lo que se puede y se debe lograr cuando un gobierno legisla contra sus ciudadanos. Muchos otros países empiezan a mirar a España y tomarla como ejemplo en los derechos sociales que la población exige, aunque no en los que, por ahora, logra, pues la mayoría absoluta de su gobierno provoca que en muchos casos se ordene desde la presidencia recortes de derechos que el pueblo solo podría evitar alzándose contra el gobierno, lo que por ahora no ha tenido lugar, aunque empieza volverse cada día un poco más posible que el día anterior.