El debate sobre la eutanasia suele abrirse cada ciertotiempo. Es lo que ha ocurrido ahora con el caso de Brittany Maynard, quienprogramó su muerte para el día 1 de noviembre. En enero le diagnosticaron un cáncercerebral y, posteriormente, nuevas pruebas revelaron que no tenía curación: lequedaban unos pocos meses de vida, durante los cuales el cáncer se desarrollaría.Este proceso sería duro y doloroso y suponía un sendero de sufrimiento.
Para evitar padecer tal sufrimiento y deterioro físicoprogresivo, Brittany, de 29 años de edad, decidió mudarse junto con su marido aPórtland, en el estado de Oregón, donde la eutanasia no está penalizada.
Allí pondría fin a su vida de forma digna,sin tener que sufrir hasta el final.
Y así, el sábado pasado Brittany puso fin a su vida, tal ycomo había programado. Según ella misma había dicho en las redes sociales, yahabía empezado a sufrir algunos de los problemas que supone el crecimiento delcáncer, tales como convulsiones.
Es de este modo cómo el debate sobre la eutanasia se haabierto. Pero en este caso, ha ido más allá de las fronteras de EstadosUnidos gracias a las redes sociales. Y es que, salvo en un puñado de países, en la mayor parte de ellosesta práctica está penada por la ley. Por supuesto, hay que tener en cuenta queexisten diversos tipos de eutanasia. No es lo miso la eutanasia indirecta que la eutanasia directa.
La primeraconsiste en que la medicación utilizada para paliar el dolor adelanta lamuerte; la segunda, en que se le quita la vida al paciente, utilizando medicaciónpara ello o suprimiendo los medios que lo mantienen con vida. La primera eseutanasia directa activa directa y la segunda eutanasia directa pasiva.
El tipo de eutanasia que suele ser penalizada en la mayoríade los países es la eutanasia directa activa, mientras que la eutanasiaindirecta y la directa pasiva suelen estar permitidas o, incluso, no tenerpenas muy duras.
En cualquier caso, nótese que ni la eutanasia indirecta ni laeutanasia directa pasiva satisfacen la muerte libre de sufrimiento. En uno yotro caso, el sufrimiento es minimizado, pero el moribundo no se libracompletamente de él.
En cualquier caso, el debate se ha reabierto de nuevo. Sinduda alguna, se trata de una cuestión vital que no deja a nadie indiferente yante la cual es fácil confundir lo racional con lo emocional.