Es una frase muy manida y demasiado escuchada, pero verdaderacomo ninguna otra: el perro es el mejor amigo del hombre. Y tanto que lo es. Recientementenos llega una historia triste y entrañable desde Rusia, a través del “TheSiberian Times”. Se trata de la historia de Masha, una perrita parecida a unperro salchicha.

La historia de Mahsa es bastante triste. Llegó hace dos añosal hospital del distrito de Novosibirsk junto con su dueño, un hombre ancianoque había enfermado. Debido a la enfermedad, el anciano fue ingresado y, desdeese día, su perra se convirtió en la única visita que recibía.

Durante un año, igual que si se tratara de una persona,Masha iba todas las noches a su casa, situada en una pequeña aldea situada abastantes kilómetros del hospital, Dvurechie. Por la mañana, la perra regresabade nuevo al hospital, para estar con su dueño enfermo.

Sin embargo, hace un año aproximadamente, el dueño de Mahsamurió. La perra se quedó sola y, no se sabe si porque no tiene donde ir oporque cree que su dueño está vivo, sigue yendo al hospital. De hecho, vive allí.Los empleados del centro sanitario se encargan de cuidarle y de que no le faltenada. Pero están entristecidos, pues, según afirman, se percatan de la tristezade la perra.

Para el personal del hospital, que está encantado de cuidarde Masha, lo ideal es que fuera adoptada por algún amante de los Animales quese hiciera cargo de ella.

Sin embargo, la perra es tan fiel a su amo que, segúncuentan, en una ocasión fue adoptada por una familia y regresó al hospital al díasiguiente.

La historia de Masha recuerda a otras muy similares, como lade Hachiko en Japón, sobre la cual se han rodado dos películas. En este caso,el perro pertenecía a un profesor de ciencias agrícolas, Hidesaburo Ueno.

Elanimal iba todas las tardes a la estación de tren a esperar a su dueño. Ycuando este murió en 1925, Hachiko siguió yendo a la estación durante diez añosmás, hasta que apareció muerto en 1935.

Llegó junto con su dueño cuando este enfermó. El hombre fueingresado en el hospital hasta que falleció hace un año. Durante su estancia enel hospital, la perra era la única visita que recibió este pobre anciano.

Dehecho, la perra iba a su casa por las noches y regresaba todas las mañanas.Aunque no está claro si el animal va al hospital porque no tiene donde vivir oporque cree que su amo sigue vivo, lo cierto es que los empleados se inclinanpor esta segunda opción.