Hace nada que saltaba la noticia: Jennifer Jason Leigh protagonizará la nueva película de Quentin Tarantino. The hateful eight lleva meses dando tumbos primero como proyecto posible, luego como desechado y ahora como el deseadísimo título que dará continuidad a la carrera de Quentin después de Django desencadenado. Y por continuidad no solo me refiero a que se trate de su siguiente película, sino a que también estará encuadrada en el género del western, y tendrá como principales personajes a dos cazarrecompensas, su prisionera, el sheriff del pueblo y cuatro desconocidos, todos ellos esperando a que pase la tormenta que los mantiene a refugio.

Otros nombres de conocidos actores, como Samuel L. Jackson o Kurt Russell, ya figuran en el reparto de una de las películas que más ha dado que hablar sin ni siquiera haberse empezado a rodar, y es que lo nuevo de Tarantino es más conocido por la polémica de que su guión se filtrara en Internet y que, ante el cabreo, decidiera cambiar de proyecto, para finalmente decantarse por él, que por la calidad en sí de lo que el taquillero guionista haya escrito esta vez.

Lo que sí está claro, más allá de lo que haya conseguido el responsable de Reservoir dogs en su nuevo proyecto, es que está sumando un reparto extraordinario en el que brilla con luz propia esa magnífica actriz casi olvidada que es Jennifer Jason Leigh, una californiana de aspecto frágil que ha llenado su filmografía de mujeres fuertes en películas monumentales.

Ha trabajado con algunos de los más grandes, caso de David Cronemberg en eXistenZ, Ron Howard en Llamaradas, Robert Altman en Vidas cruzadas, los hermanos Coen en El gran salto o Sam Mendes en Camino a la Perdición. Sin contar con su paso por España para rodar El maquinista, de Brad Anderson, con un enfermizo y demacrado Christian Bale en una de las mejores películas que hayan hecho ambos.

Talento a raudales y belleza evidente para el creador del díptico de Kill Bill. Los que echáis de menos a su musa, Uma Thurman, tendréis que seguir esperando, a ver si en el próximo proyecto encaja un papel para ella. Mientras tanto, otras actrices tienen la oportunidad de lucirse gracias a la habitual labor de un director que suele conseguir elevar su nivel de trabajo de sus actores a las cuotas más altas requeridas por el arte.