La decisión de permanecer en el anonimato no resta valentía ni heroicidad al científico e investigador del CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU) al hacer llegar al Dr. Brian Hooker (Fundación Focus Autism) una serie de datos manipulados que ponen en un aprieto al citado Centro. En dichos informes se ocultaba la supuesta relación de algunas vacunas con el autismo y cuya incidencia era mayor en Niños afroamericanos.
La conspiración estaba servida en el CDC. Sus mejores científicos encubrieron deliberadamente, durante más de doce años que la vacuna triple vírica (sarampión, parotiditis y rubeola) conocida como MMR, estaba causando un alto número de autismo en bebés de raza negra.
Con estos datos sobre su mesa, el Dr. Hooker, ingeniero bioquímico, analizando el mismo grupo de datos en el que basaron en el 2004 los investigadores del CDC, llevó a cabo un estudio sobre la incidencia de la MMR, en los niños afroamericanos. Descubrió que los niños vacunados antes de los 24 meses de edad presentaban un alto índice de autismo, tal y como se publicó en la revista científica Traslational Neurodegeneration.
La ex jefe del CDC, Julie Gerberding, fue vinculada directamente a este escandaloso y deliberado fraude científico, cuyo fin era ocultar la evidencia clínica referida al aumento de casos de autismo (340%) en niños afroamericanos y su estrecha relación con la MMR. Lo que resulta más vergonzoso, si cabe, es la recompensa que, por participar en tal conspiración, recibió Gerberding; ostentando en la actualidad un sospechoso cargo ejecutivo en los laboratorios Merck.
Cargo que sigue manteniendo también en la actualidad.
Son muchas las familias cuyos niños están seriamente dañados. CDC y Gobierno Federal serán responsables, por daños y perjuicios, de la indemnización de miles de millones al año. Esta criminal conspiración desenterrada que, temo, no será la última, hará que, tarde o temprano, dejemos de creer en estos Centros, cualesquiera que fueran sus siglas.