Óscar,un cocodrilo que vivía en el Museo de Historia Natural de Nueva York, semostraba inquieto ante el ensayo que, en esos momentos, llevaba a cabo la Orquesta Filarmónica de aquella ciudad.Observaron que tal desasosiego no se producía con la misma intensidad durantetoda la pieza musical que ensayaban, sino tan sólo en una parte de ella.
Fueentonces cuando naturalistas, en plena Segunda Guerra Mundial, dieron comienzoa un experimento llamado “Respuesta decocodrilos en cautiverio a estimulación auditiva”, donde pudieroncomprobar que estos imponentes Animales reaccionaban de un modo mássignificativo ante el tono de ciertas resonancias.
Sesentay tres años más tarde, la National Public Radio (NPR) sacó de nuevo a la luz lahistoria de Óscar. En ella, barajaban la posibilidad de que la nota “Sibemol” pudiera producir un efecto desconocido en su naturaleza.
Elafán de investigación condujo a los estudiosos a intentar un nuevo experimento.Éste se llevó a cabo en el santuario de Gatorland, próximo a Kissimmee, enFlorida. Los protagonistas del experimento, William Mickelsen, primer músico detuba de la orquesta de Florida y el aún estudiante en el conservatorio de NuevaInglaterra, John Banthers, junto con Tim Williams, domador de cocodrilos, sedispusieron a comprobar cómo respondían los paquidermos ante la Música.
Conla boca de la tuba, colocada sobre el suelo de madera del muelle, Mickelsenemitió un si bemol al que los cocodrilos respondieron con alto grado deagitación, tal y como ya habían supuesto. Los machos, empezaron a bramar yrugir al igual que ocurre en los meses de primavera con sus llamadas previasal apareamiento.
Eldomador ha observado que los animales responden igualmente al ruido emitido portransbordadores y lanchas que circulanpor el pantano.
Comomuestra el estudio publicado por la revista Animal Welfare, investigadores de laQueen`s University de Belfast, comprobaron que, con la música clásica, sereducía el estrés de los animales, así como también se observó un aumento deendorfinas que harían que estuvieran mucho más contentos.
Por otro lado, elanimal tendrá menos posibilidad de enfermar, debido a que también mejoraconsiderablemente su sistema inmunológico.
Así pues, no debemos pensar que la música solamente afecta al estado en generalde los humanos, sino que también lo hace en muchos animales.