Convencida como estoy, de los mensajes, buenos, malos o regulares, que un sueño me puede aportar, siempre tengo sobre mi mesita de noche, papel y lápiz para que, nada más despertar, pueda realizar los pequeños apuntes necesarios, para no olvidarlo. No vaya a ser que pierda la oportunidad de mi vida. Han sido muchos los autores que han escrito sobre la simbología de los sueños. Desde charlatanes, hasta expertos psicólogos. Sin embargo, y en mi modesta opinión, aún no se ha dado la importancia que merece nuestra vida onírica. Hay sueños que, por impactantes, permanecen en nuestro recuerdo durante mucho tiempo.

Ya sea por resultar traumáticos o, tremendamente placenteros.

Freud y Jung, los más conocidos estudiosos de la simbología onírica, nunca llegaron a ponerse de acuerdo. Mientras que, para el primero, los sueños son meros dispositivos que nos permiten colmar los anhelos más ocultos, el segundo apostaba que éstos, eran un reflejo fiel del abundante y complicado inconsciente, tanto colectivo, como del propio individuo.

Muchos de nosotros, vivimos experiencias oníricas en las que aparecen personas y situaciones que nos dejan completamente descolocados. ¿Qué hay de esos sueños eróticos que vivimos con ese jefe que, en vigilia, nos parece repulsivo? Ahí es donde me gustaría llegar, porque más que un sueño, eso resultaría una auténtica pesadilla.

Es muy necesario darle al erotismo la importancia que tiene a nivel cultural, químico, biológico y emotivo.

Como en el caso de Jung y Freud, también en la actualidad existen diversidad de criterios en el sentido de los sueños eróticos. Mientras que Carol L. Cummings, se pone de parte del criterio más simplista de Freud, en su libro The Sex of Your Dreams: Erotic Dreams and Their Hidden Meanings, Gillian Holloway, doctora en psicología y autora de The Complete Dream Book, va un poco más allá y se acerca más a la teoría de Jung.

Holloway apuesta que, en este tipo de sueños, lo que persigue el inconsciente del soñador, es atrapar alguno de los rasgos que envidiamos en la personalidad del individu@ con el que vivimos el sueño y que añoramos poseer dentro de nuestras propias características personales. Sea como fuere, vive tus sueños de forma sana y nunca pienses que estaría de más darles un repaso al día siguiente.