Según los estudios, el 15% de la electricidad consumida en EEUU se destina a la alimentación de los aparatos de aire acondicionado. Enfriar un edificio es algo que conlleva un considerable gasto energético.
Un equipo de investigación de la Universidad de Standford, en Estados Unidos, ha presentado esta semana una tecnología nueva que permitiría ahorrar electricidad sin la necesidad de pasar calor. Este prototipo podría reducir el consumo de aire acondicionado o incluso hacer que estos aparatos sean del todo innecesarios.
Es un dispositivo recubierto con un material capaz de reflejar y desviar la luz del sol que incide sobre una superficie, evitando así su calentamiento.
Asimismo, es capaz de trasladar el calor que se acumula en el interior de un edificio hacia el exterior.
Según la revista Nature, este sistema, denominado por sus creadores como Radiative cooling Surface, podría utilizarse tanto para enfriar vehículos como para edificios. Y es que en un mundo en el que el cambio climático cada vez está más presente, necesitamos tecnologías nuevas, y lo más importante: energías limpias, sostiene Aaswath Raman, principal promotor del proyecto.
Según explican los autores, se han desarrollado con anterioridad otros sistemas para enfriar recintos de forma pasiva, con un concepto similar al que ellos proponen, utilizando unos dispositivos que disipaban el calor.
La parte negativa es que sólo eran capaces de ser eficientes durante las horas nocturnas, cuando la luz solar no incidía de manera directa. Ahora, se ha conseguido que el prototipo funcione a plena luz del día, al estar compuesto por un material que, según dicen, es capaz de reflejar el 97% de los rayos solares.
El invento es una especie de panel circular, semejante a un espejo, tiene unos 20 cm de diámetro y está recubierto por varias capas de un material ultrafino, inventado por los mismos investigadores y diseñado expresamente para este fin.
El material tiene una doble función; por un lado, reflejar la luz solar que incide en su superficie, evitando que el interior de los recintos se caliente, y por otro, la expulsión al exterior del calor del recinto como radiación infrarroja. Esta radiación es invisible, electromagnética y térmica, y posee una mayor longitud de onda que la luz que percibimos.
Según cuentan los científicos, su prototipo ha sido capaz de reducir la temperatura de un edificio hasta en 5 grados centígrados. Explican que "probaron el enfriador en un día bastante soleado, durante siete horas y algo menos durante la noche, estando expuesto al aire libre y al sol". Los investigadores proponen cubrir los tejados con este tipo de material, ya que su diseño se concibió para su utilización a gran escala y además con un coste de instalación bajo. Se ha calculado que si las investigaciones continúan, esta tecnología estaría disponible en un período de 3 a 5 años, según las declaraciones de Raman.
Por el momento, aún tienen que resolver algunos problemas técnicos, como por ejemplo la producción de paneles de mayor tamaño.
También afirman, que esta investigación podría ser precursora de objetivos mucho más ambiciosos, pues explican que, siguiendo este principio, el mismo frío del espacio exterior podría utilizarse en un futuro como un disipador del calor.